LA CASA DE LOS MASONES EN SELLAÑO (PONGA)

 Símbolos masónicos en el Oriente de Asturias. La casa de Sellaño


Encontrar grabados simbólicos dedicadas a la masonería fuera de los entornos de las propias sedes de la masonería, es algo extraño, al menos en Asturias, pues apenas si quedan mudos testigos de la presencia masónica, como el que se halla en el  cementerio del Sucu en Gijón donde se puede ver la  tumba del francmasón Enrique Villar Valdés, del que ya hemos hablado en este libro, su lápida está adornada con un compás y un escuadra, que pasó inadvertidas para las razias franquistas perseguidores de todo lo que sonase a masonería.

Al lado de esta tumba de Enrique Villar se puede contemplar la exquisita desnudez neo-masónica del enterramiento de Rosario de Acuña, que junto con el pequeño mausoleo que se halla en el Cementerio de San Salvador de Oviedo, a la memoria del francmasón Juan Ríos, es casi todo lo que nos queda sobre símbolos masónicos, salvo el compás y la escuadra que hay en una casa-finca de Argüero que data de los años 60.

Como complemento, y fuer de todos estos contextos tenemos el gran lienzo de símbolos masónicos que se hallan en una solitaria casa del Concejo de Ponga, concretamente en el pueblo de Sellaño, casona situada a la par de la carretera que sube hacia  San Juan de Beleño.

 

Ponga, es un Concejo, o término municipal, perteneciente al llamado área sureste de la región, y como tal limita al norte con los concejos de Piloña y Parres; al Este con el montañoso concejo de Amieva y la provincia de León, al Oeste con los concejos de Caso y Piloña, y al Sur su frontera es totalmente lindera con la provincia de León.

 El concejo tiene una extensión de 205,98 km², siendo su población aproximada de unos 759 habitantes, y sus principales núcleos de población, que se ubican en los rellanos montañosos como la capital, son San Juan de Beleño y Sobrefoz, u otros que se ubican en los fondos de los cauces fluviales como Sellaño.

Para adentrarse en el Concejo de Ponga, solo hay dos carreteras de comunicación la AS-261 y la AS-339, la primera la comunica con Cangas de Onís a través del Desfiladero de los Beyos, y la segunda con el Concejo de Piloña y la carretera nacional 634.

Estamos hablando de un concejo eminentemente ganadero, con florecientes recursos turísticos que le aperturan, desde hace un par de décadas, al mundo turístico con un entorno semi- salvaje aledaño a los míticos Picos de Europa.

En ese bucólico, a la par que agreste contexto, tan singular como aislado, encontramos según se sube por el eje carreteril  que va de Cangas de Onís  por el Desfiladero de los Beyos, hacia el Puerto de Pontón, se abre un ramal que sale por la derecha, dirección a San Juan de Beleño, tomando esta  carretera AS-261 se sigue por ella unos cuántos kilómetros y cuando entramos en el Concejo de Ponga, por el pueblo de Sellaño, en el lugar denominado Pardorio se hallan nuestros simbolos.

Al par de la carretera en la primera cas un tanto  extraña ya que en parte rompe con el urbanismo circundante, aunque no llega a constituir la genuina expresión de la arquitectura indiana que tanto ha caracterizado a otros concejos, como Cangas de Onís o Llanes.

En este caso en concreto, estamos ante una modesta casa de Indianos, muy similar a otras que hayan desperdigadas por la zona, tanto en estructura y materiales, y emplazada al pie de la carretera AS- 261.

Es la primera casa, antes de entrar en el pequeño núcleo de casas de Sellaño, pueblo que además constituye eje de encuentro con otra carretera que viene de Infiesto, otro de los grandes centros emisores de emigrantes hacia Cuba, entre los cuales encontramos bastantes masones.

 

Descripción de la casa

La casa en cuestión, es un edificio casi cuadrado, de unos 11,30 m., de fachada por unos 10,50 m., de fondo, construido en el saliente de la ladera en la que se empotra, presentando menor altura en la parte del fondo. Es una casa de dos alturas, y un desván con buhardilla. Su fachada principal orientada al Sur está dividida en dos, por medio de una franja de piedra labrada de caliza, dicho material muy bien trabajado remata además los esquinales de la casa y los dinteles de las ventanas, puertas y balcones.

La fachada principal como antes exponía está orientada al Sur, y presenta una composición simétrica con seis huecos, tres en la parte de abajo, constituyendo el hueco del centro la puerta principal, más dos laterales, a modo ventana enteriza o puertas que puede estar en relación con el uso que se le dio a la casa de tienda y posada.

Los quicios de los huecos están rematados por piedra labrada tanto los verticales, presentando los quicios superiores unos lienzos más artísticos en los cuales se insertan los símbolos que adornan la construcción.

A su vez, en el piso superior por encima de la cenefa de piedra labrada que marca la división de las dos alturas, hay otros tres huecos a los cuales se adosan unos pequeños balcones todos iguales, con saliente de piedra y con cerramiento a modo de barandilla y cerramiento de forja, y cuyos huecos coinciden en el eje y dimensión con los de planta baja.

La fachada occidental tiene dos huecos que coinciden con el piso superior, y una ventana más baja, situada en la planta inferior y medio tapada por tierra de ladera del prado en que se empotra la casa. La facha oriental presenta parecidas formas aunque se denota como una especie de terraza que no sabemos si fue un añadido posterior que modificado todo la estructura en ese costado de la edificación. La parte trasera solo cuenta con una pequeña ventana.

Estando las tres fachadas comentadas exentas de adornos simbólicos, no así los dinteles de los seis huecos de la fachada principal, tanto los de la parte superior como la inferior, los cuales presentan una serie elementos simbólicos de matizado carácter masónico, con mezcolanza de otras culturas simbólicas y herméticas que constituyen todo un lienzo simbólico, que singulariza tal edificación como única en Asturias.

Hasta me atrevería a decir que es la única casa que existe en España con esas características, conocemos algunas construcciones donde se deja ver la simbología masónica, pero en general esta queda reducida a la presencia del compás y la escuadra y algunos elementos más, pero en este caso estamos hablando de una extensa simbología presente en toda la fachada.

Una vez contemplado en panorámica todo el lienzo podemos decir que estamos ante un trabajo de diseño simbólico interesante con una realización que demuestra el trabajo desarrollado por el cantero o el tallista de la piedra importante, pues si bien hay elementos que presentan un tallaje excelente, hay otros elementos como la mano y su pulsera, que presentan toda una perfección en el desarrollo de los trabajos de cantería, y estamos hablando de principios de siglo XIX.

En cuanto al interior de la casa parece que en su día hubo pinturas y dibujos, pero hoy no queda rastro de todo ello, ya que fueron levantados dichos estucos, y de nuevos rehechos con otros morteros, perdiendo de este modo la posibilidad de conocer el complejo legado simbólico que nos quería trasmitir el propietario.

Personalmente desde que conocí la existencia de los símbolos de la Casa de Sellaño, ya son varias las visitas que he realizado, no he parado de darle vueltas a una serie de preguntas: ¿Por qué alguien —su dueño evidentemente— quiso dejar tan a la vista unos símbolos de esta naturaleza? 

Y es extraño cuando se parte de una cierta discreción  muy relacionada con los masones, de decho en Asturias hay muy escasos símbolos pese a la amplia membresia que tuvo Asturias durante los siglo XIX y XX.

Queda claro, que estamos ante una casa construida en 1902, y aún quedaba lejos la barbarie franquista, aunque al propietario no debía pesarle el tema de la culpabilización de la pérdida de las colonias, cuya losa arrastró y arrastraría la masonería desde entonces, pero no parece que esto le  impidiera dejar patentizada su membresía o inclinaciones.

Por otro lado todo surge otra pregunta: ¿Por qué dejar todo ese lienzo de símbolos en la fachada? Que quería demostrar o mostrar Fructuosos Pandavenes Toribio, con esa impresionante pizarra simbólica?.

Lo cierto, es que se puede entender el furor y estupor que debió causar tales símbolos en el entorno más inmediato, aunque a este respecto se registra un opaco silencio en los medios escritos de la época, pues nos hemos encontrado ninguna mención a la traza de dicha exquisitez simbólica, por no venir, decir que tales símbolos no están recogidos en los anales patrimoniales del arte  ni urbanísticos de la zona oriental de Asturias

Puestos a especular sobre tal existencia, tal vez toda esta exposición de heterodoxia por parte del propietario de la casa de Pardorio, Sellaño, pueda venir en contraposición con la preponderancia eclesial que se vivía en el Oriente de Asturias, que tenían todo un paragón en esos momentos, pues el 7 de septiembre de 1901 decía una noticia «que con gran magnificencia ha tenido lugar la ceremonia inaugural del nuevo templo Covadonga presidida por el señor Obispo de Oviedo. Con exactitud se llevó a cabo el ritual, con la bendición del agua y la sal depositadas en al altar mayor. Mañana tendrá lugar la Misa Pontifical, signo de inauguración con su sermón a cargo del Obispo de Tuy».

En contraposición se levantaba en esos mismos tiempos, la Posada de Pardorio, en cuya casa se quedaban algunos curas de la zona en tanto que carecían de casa curial, y se hospedaban en  una mansión con un cariz heterodoxo que expresaba muy bien el carcater librepensador Fructuoso Pandavenes.

 


El Propietario de Pardorio (Sellaño)

Don Fructuoso Pandavenes Toribio, cuyo apellido toma del pueblo ubicado entre Piloña y Ponga, en la caída piloñesa de Fontecha, nace el 21 de enero de 1855, y su nombre y apellidos son: Fructuoso Pandavenes Toribio, aunque este último apellido apenas si lo usó.

Gracias a las informaciones de los señores Ángel Pandavenes y Nacho G. Pandavenes y María Jesús Villaverde, lo que era todo un misterio ha empezado a tener rostro, aunque los años han hecho correr una espesa cortina de silencio y olvidos, amén de que al no vivir ya nadie en la casa desde hace años, y sin que apenas queden familiares directos en el pueblo, pues queda toda un nebuloso recuerdo con relación a la construcción de la casa y de sus moradores, tanto por los habitantes del Concejo como por parte de los pobladores del Sellaño.

Ante la pregunta sobre la casa de Pardorio se produce como una inexplicable leyenda en la que se mezcla realidad y fantasía, si a ello unimos que hay una novela que en parte rememora algunas cuestiones, pues como diría un castizo «esto es el acabose».

Se sabe que la casa la mandó construir Fructuoso Pandavenes, el cual estuvo emigrado en Cuba, en donde trabajó en varios colmados hasta terminar en la fábrica de tabacos del catalán José Gener Batet, nacido en L’Arboç del Penedés el 30 de noviembre de 1831,

Gener Batet fue un emigrado también a Cuba por mandato de su padre para que trabajara con uno de sus tíos, tras unos años de duro trabajo entre 1850 a 1865, quince años de vida intensa, aprende todo lo necesario sobre el tabaco, y procede a la compra la finca del Hoyo de Monterrey en San Juan y Martínez, Pinar del Río, donde edifica su casa a la entrada de esta propiedad, utilizando maderas nobles, casi todas de caoba de Cuba, y la decora con cerámica traída directamente desde Barcelona y Lousiana.

Este adinerado propietario tabaquero de origen catalán, con quien Fructuoso Pandavenes compartirá intensos momentos de amistad, escribió un libro de gran difusión en su momento en España y en la Isla de Cuba, titulado Proyectos para resolver la gran crisis económica en Cuba.

Este prohombre, al que algunos califican de esclavista, pasó a formar parte en 1868 del famoso Batallón de Voluntarios, concretamente llegó a ostentar el grado de Coronel del sexto Batallón de Voluntarios de La Habana, y como tal le tocó presidir el Consejo de Guerra contra unos estudiantes que habían profanado las tumbas de los periodistas Castañón y Guzman, ambos héroes del partido gubernamental, los cuales fueron defendidos por el capitán, Federico Capdevila.

Gener Batet fue el encargado de salir al balcón de la plaza para anunciar los nombres de los ocho estudiantes condenados a muerte.

Con este personaje es con el que Fructuoso Pandavenes tuvo mucha relación, tanto en Cuba como en Cataluña, en Cuba es de suponer que convivieron dentro del Batallón de Voluntarios en el que Fructuoso estuvo como Teniente de Intendencia, y debió de haber más que camaradería, pues la amistad llegó  hasta tal punto que ambos amigos residiendo en España se visitaban asiduamente aunque uno vivía en Barcelona y el otro en Asturias.

Batet había regresado en 1875 a su Cataluña, y en concreto a su pueblo natal L’Arboç del Penedés donde construyó todo un palacio, que aún se puede ver en el,  a cuya mansión debía acudir Fructuoso con su familia durante las temporadas de ópera y zarzuela a las que era muy aficionado.

 

Dado el semblante de Fructuoso Pandavenes se especula sobre la posible vinculación política de éste con el reformismo, a este respecto se podría considerar que al ser Ponga un concejo extremo en lo geográfico carecía de una vital vida política,  pues todo lo contario tuvo una notable influencia política, ya que Melquiades Álvarez, reformista y masón en su campaña de 1914 pasó por el Concejo, el cual ya contaba con un Círculo Reformista, cuyo jefe era uno de los prebostes de Ponga: Don Venancio Díaz Muñiz.

En esa visita que hace Melquíades Álvarez a Ponga le acompañaban varios notables masones: Alberto de Lera, Venerable de la Logia Jovellanos 337 sita en Gijón, y el periodista Sánchez Ocaña a la sazón director en aquellos momentos del periódico El Noroeste, el citado periodista era a su vez también un reconocido masón.

Dicha visita se recoge en el artículo de Melquiades Álvarez en Ponga publicado en el periódico  El Auseva, Defensor de los intereses del Partido de Cangas de Onís, Onís (sic), 18 de septiembre de 1915, año XXV, núm. 1.276, p. 1., pero en dicho artículo no se habla de Fructuoso Pandavenes, y sí del gran prohombre de Ponga Venancio Díaz Muñiz.

¿Acaso no estaba en ese momento Fructuoso Pandavenes en Ponga? , o ¿Realmente no estaba en esa línea política?

De todas formas ese retablo periodístico de la visita de Melquiades Álvarez, nos da la idea de la importancia de la actividad política en dicho concejo, que debió ser importante ya que se supone que también hubo una agrupación de Izquierda Republicana.

Uno de sus miembros era Víctor Saiz, que vivía en Sellaño y que fue vilmente asesinado una noche a la puerta de su casa por unos desconocidos tras llamar a su puerta.

El periodista Germán Iglesias le dedicó al tema un artículo que se publicó en el diario Avance, el 11 de febrero de 1937. En dicho reporte Germán, comenta que Victor Saiz había sido nombrado en su momento y por aquel entonces Sr. Del Bosque (parece que también fue masón), un gobernador en Asturias, nacido en Caspe en 1884 y líder de las juventudes lerrouxistas aragonesas, ejerció de periodista para La Correspondencia de Aragón y El Imparcial.

Apoyado por el también francmasón Álvaro de Albornoz, salió en 1923 elegido diputado a Cortes por el distrito de Caspe-Pina.

Tras la dictadura de Primo de Rivera se afilió a Izquierda Republicana y fue gobernador civil de Soria, Almería y Burgos, y Gobernador General de Asturias. Murió fusilado, cerca de Pamplona, el 6 de septiembre de 1936.

Pues  bien, volviendo al tema el Sr. Del Bosque había nombrado a Victor Saiz como autoridad delegada suya en el concejo.

Toda esta historia tejida entre Sellaño, San Juan de Beleño, la casa y los masones y las venganzas y querellas que mediaron en parte de este enredo, le sirvieron a Álvaro Novoa (seudónimo de Alberto Foyo) también relacionado con esta zona a lo que hay que sumar la vía parental, para presentarnos su novela Rosal 15 en cuyo desarrollo se enreda todo lo antedicho en función de la vuelta de un oriundo de Ponga, e hijo de un supuesto asesino.

La casa de Sellaño, más otra en Oviedo sita en la calle y numero que da origen al título y trama de la novela, el autor  pongueto ubica el centro de conspiraciones masónicas, y la búsqueda de los culpables de varios asesinatos y de todo un secreto que hay que ocultar pese a todo, y ello se desarrolla a través de un complejo laberinto bibliográfico en el que juega un papel importante no solo varias bibliotecas instaladas las casas citadas, sino que una de las claves es un hermético un libro, el Aleph de Borges, el cual terminará aportando, en base a unas claves numéricas, el secreto guardado en la casa del Rosal 15.

Todo este intríngulis narrativo tiene lejanos ecos que nos recuerdan a hechos acaecidos en Ponga, entre los cuales se pone en danza la casa de Pardorio (Sellaño), la cual se describe en la novela pero no parecen interesarle los símbolos al novelista, los cuales son todo un reto, y jeroglífico que podían haber jugado un papel estelar en el argumento de Rosal 15.

Lo único que hace Foyo es describir su interior, aunque ignoramos si ello coincide con la real distribución de la casa.

Escarbando en las nebulosas de los decires y pensares que flotan por la nebulosa recordatoria de algunos naturales de la zona ye incluso familiares, que me hablaron, y me lo confirmó Nacho G. Pandavenes, que hubo un Guardia Cilvi mezclado con la casa.

Investigando el tema pues nos encontramos que dicho guardia civil  era un hijo de Don Fructuoso, en concreto se trataba de Ramiro Pandavenes, el cual terminada la guerra civil española, este se presentó en las cárceles de Oviedo y Gijón y liberó a unos cuarenta naturales de Ponga, que se trajo para el pueblo, además sabemos que Ramiro  fue un colaborador habitual del periódico Auseva.

Tal vez esa pertenencia a la Guardia Civil explique en parte, porque,  sí Franco y sus servicios se atrevieron a entrar en los cementerios para erradicar los símbolos masónicos, no entraron es esta casa y la demolieron o echaron  abajo tales símbolos.

Es de suponer que la ascendencia de D. Fructuosos en la zona era grande al igual que la condición de Ramiro como guardia civil, y tal vez  también pesara el aval de la familia Gener Batet en todo este asunto, y esa larga mano tal vez es lo que puede ayudar a entender porque no hay expediente alguno sobre Fructuoso Pandavenes como masón o sobre sus símbolos.

 Por cierto Fructuoso Pandavenes fue vocal del Centro Asturiano de la Habana antes de 1900, aunque en España queda poco rastro de ello, y tal de poder acercarse a los archivos cubanos pues estos aportarían más luz a todo este complejo asunto.

Fructuoso Pandavenes falleció el 18 de noviembre 1923, su compañero catalán se había ido al Oriente Eterno el 7 mayo de 1900.

Sobre la esquela de Fructuoso que busco desde hace tiempo sin resultado alguno, decir que parece que hay algunas cosas curiosas, pues Nacho G. Pandavenes me comentaba a modo vago recuerdo de ella «que había una serie de jaculatorias, además de varias erratas, tal vez algo extrañas, y hasta la propia cruz de la esquela resultaba chocante».

La psosible membresía masónica- teosofica de Fructuoso Pandavenes

Como podemos observar en torno a Fructuoso se mueve toda una estela de extrañezas, empezando por su propia membresía masónica

Yo le he adjudicado una membresía masónica en tanto que hay símbolos que a primera vista me denotan que estoy ante los emblemas básicos de alguien que confirma con ellos que es masón, y ello va desde la presencia del compás y la escuadra, y propia composición en grado de Aprendiz, pues en parte  me lo están indicando con tal,  y si ello unimos la regla y los tres puntos pues podemos decir que estamos ante una cierta certeza casi unánime de que Fructuoso Pandavenes era algún tipo de masón, y por tal se le tenía en Sellaño y su casa pues respondía en clave popular a denominación de la  Casa de los Masones.

Pero resulta imposible a día de doy documentar tal mem­bresía, puesto que no aparece en los archivos policiales que los eficientes servicios policiales que estableció Franco con la misión de cargar contra la masonería.

No hay ni rastro de un expediente a nombre de un Pandavenes, ni de Sellaño, y ello resulta raro porque se levantaron sesenta mil expedientes y no consta para nada el tema de Pandavenes, Ponga o Sellaño.

 ¿Pudo su hijo Ramiro hacer desaparecer tal expediente? Es una especulación puesto que la membresía masónica de Fructuoso todo parece apuntar  que se realizó en el ámbito cubano, y esta de establecerse debió ser antes de 1900, por lo cual los servicios policiales no llegaron tan lejos.

En el rastreo de membresías masónicas en Cuba y Filipinas, ostentadas por asturianos no parece haber  ningún Pandavenes, y eso que tenemos recogido como unos 380 membresías, pero no hay rastro de un Pandavenes.

Por tanto y de momento, hasta que la Gran Logia de Cuba a quien fue consultada sobre esa posible membresía nos conteste, o surja algún documento al respecto no podemos confirmar documentalmente que Fructuoso fuera masón, aunque se abrigaba la  esperanza de que el rastro de su amigo Gener Batet nos llevará también a algún punto de conexión con la masonería, pero esa vía ha quedado de momento cerrada.

Otra posible vía de trabajo son los propios símbolos en sí mismos, puesto que había la esperanza de que hubieran producido algún tipo de expediente dado el ambiente de represión que se vivió en España contra la masonería y sus símbolos, pero vemos que esa vía de trabajo está también cerrada.

Pues  la clara y real existencia, tan a la vista de los símbolos de Pardorio, no conllevó ningún tipo de cruce entre los Servicios de Represión de la Masonería y los entes policiales asturianos, y eso también no deja de extrañarnos, junto que ninguna crónica de la época o posteriormente se hace eco de tan extraña casa y sus composiciones simbólicas en piedra.

Y en esas estamos, con muchas líneas de trabajo abiertas, y con muchas incógnitas a que responder.

 

 

La casa y los Símbolos

Si establecemos que Fructuoso Pandavenes era masón, y todo lo que dejó grabado lo parece afirmar, diríamos que su casa ha sido su templo, sin que haya discontinuidad, una casa que se establece en niveles diferentes y con una misma naturaleza simbólica, y si además partimos de que la casa es la prolongación del cuerpo y la mente, de la integralidad del hombre enmarcado esa mítica estrella de cinco puntas, podemos decir que Fructuoso Pandavenes proyectó su ser e imagen en esa casa, cavada en la ladera para plantar en ella su cuerpo como expresión de sí mismo.

Construir esta casa debió ser para le pongueto Pandavenes, proyectar el templo en el que se inició como Hijo de la Luz, no el templo cuadrilongo, sino la imagen mítica de templo del conocimiento expresado mediante símbolos.

Para él levantar la casa debió ser repetir una vez la creación y el producir ese macrocosmos que vivió y que intentará reproducir de forma armoniosa y en consonancia con sus conocimientos, estableciendo un centro que como veremos parte de la fecha de la construcción apoyada por las iniciales de su nombre y apellido y levantado hacia el reloj que lo preside en lo alto, captando toda una fuerza que el entorno brinda y que condesando todo ello en los lienzos que plasmará en los frontis de la fachada principal, «fuerza o energía que de ella emana derramándose en la vida universal».

Un casa en que la hay un eje vertical casi invisible que pasa por la fecha de la creación de la casa y sube hasta las manecillas del reloj, marcando de este modo los espacios que se irán organizando a su alrededor, y cuyo eje y espacios darán unidad al edificio.

Por tanto para Pandavenes esta casa no era un edificio sin más, era la expresión sublime de sus querencia, de sus conocimientos, que pasaran de lo peculiar, a la singularidad espacial y simbólica que intenta trasmitirnos, es un mundo en sí en el que reina una comunidad de esencias entre sus partes y los habitantes, ya que existe una manifestación de participar, de dejar su sello que impregna todo el edificio y por tanto también imbuye en ello a sus moradores.

Por tanto hay que entender esta casa como la expresión simbólica que quiso trasmitirnos Fructuoso Pandavenes como un todo exotérico y esotérico que nos dejan asombrados por la sutileza y la complejidad del mensaje, lo que evidencia que nos estamos ante un indiano que sin más vuelve al terruño.

Estamos ante un hombre culto y con alto grado de conocimiento, que proyecta una casa como la de Pardorio, que tuvo en ella posada y tienda, y que dejó en el dintel de la puerta central de la planta baja de la casa, la fecha de 1902, patentizando de este modo la conclusión de su trabajo, a ambos lados de la fecha enmarcados en dos rombos construidos en base a puntos, 8 por cada lado, y una diagonal también con 8 puntos se inscriben las iniciales del propietario: (F) Fructuoso (P) Pandavenes. Como se puede ver en la foto que muestra un tallado es exquisito.

Si bien esta primera inscripción no muestra nada fuera de lo común el resto de los componentes simbólicos del lienzo de Pardorio, ya son otro cantar, consultados varios expertos en temas de simbolismo masónico y hermetismo, todos coincidimos en que estamos ante una estructura simbólica masónica, también hay coincidencia  en que son en sí mismos un tanto extraños, tanto por su colocación y estructura, ya que se salen digamos de lo común, tal y como sucede con la colocación de la escuadra y el compás.

Ante esa rara composición hay que decir que no sabemos si ello responde a que las fintas de piedra en las que están grabados los elementos simbólicos no permitieron otra colocación, o por el contrario su disposición responde a otros criterios que desconocemos.

En general las respuestas que he ido recogiendo han sido, no diré que peregrinas pero no llegan a conclusiones claras, pues hay quien habla de la posible existencia de una masonería operativa a modo de los Compañongs franceses y sus singulares marcas, que tal vez pudieran encajar con la posición del compás y la escuadra de Pardorio.

También hay quien ha querido descubrir una velada presencia neotemplaria que se desprende del adminículo que cuelga de la mano que se deja ver en otro dintel de la casa. En resumen nada concluyente.

Quien de verdad ha tenido el acierto, de ver los paños no de una forma unitaria como personalmente yo venía haciendo, sino que tomó las distintas partes como unidad, sin que divergiésemos en los significados ya que sobre ellos había bastante acuerdo, es el buen amigo Joaquín Villalta, estudioso de los rituales masónicos, y masón de calidad excepcional, el cual le dio toda una vuelta al asunto al contemplar todos los símbolos no como una unidad como decía, sino desde la complementariedad.

Observando y leyendo el lienzo de una forma general o integral y en todo su contexto, donde unos signos ayudan a los otros en la edición del mensaje que se quiere mostrar.

Queda meridianamente claro que el propietario no se contentaba con dejar patente su membresía masónica o seudo masónica, de forma cualquiera,  ya que podemos reconocer en la iconografía del compás y la escuadra, en grado de Aprendiz, a pesar de su extraña posición; sino que analizado el conjunto de símbolos, vemos que está expresando algo más que una pura floritura ornamental, o expresión de una membresía.

Personalmente creo que nos está indicando que no estamos ante un simple masón a pesar de que ponga el compás y la escuadra en ese grado, sino que estamos ante alguien que tiene profundos conocimientos masónicos y simbólicos, puesto que hay todo un trabajo previo de diseño y expresión, que demuestra que se quería pasar del vulgo y de la simpleza de expresar la condición masónica como puede desprenderse de la colocación sui generis de un compás y una escuadra que es lo usual.

 Fructuosos Pandavenes manda grabar en piedra un mensaje dirigido a los iniciados en la hermenéutica simbolista.

Esos paños grabados en piedra, nos recuerdan ya de buenas a primeras a los masones operativos, y todo un despliegue que tal vez se enraíce en otras membresías, muy típicas en Latinoamérica, como puede ser el rosacrucismo, la teosofía, incluso se ha planteado algo acerca de Los Caballeros de la Colón… especie de seudo-masonería cubana.


Los signos grabados en los frontis de la fachada principal, las demás están exentas de dibujos o grabados, se hallan encima de las puertas y ventanas, guardando una cierta simetría en la fachada principal entre los huecos de puertas y ventanas de la planta baja y el piso superior, aquí vemos el panel completo de los seis huecos que presenta la casa con los tres balcones superiores y las tres puertas de la planta baja, y cuyos frontispicios de todo los hueco se hallan las distintas inscripciones

Al analizar los símbolos desde la puerta central, en ella nos encontramos. como ya he dicho, con la fecha en que se construyó la casa, y a cada lado  las iniciales del propietario que se enmarcan en dos rombos, cada una de ellas, construidos en base a 8 puntos por cada lado, y divido tal rombo por una bisectriz que los divide en dos triángulos alusivos al principio hermético de correspondencia «como es arriba, es abajo»

Lectura al uso también cuando se encuentran en intersección como en el Sello de Salomón, siguiendo la simbólica del ternario superior y su reflejo inferior, y que bien pudiera extrapolarse al mensaje del conjunto arquitectónico. No perdiendo de vista que los rombos conforman también el Sebka, o sea la fecundidad. Estamos pues en el past mater  rocacruciano

¿Pero qué significado le podemos encontrar a esos misteriosos 8 puntos que conforman los dobles triángulos?

En numerología el ocho viene a significar el poder, y bajo el ocho el karma es el rey, y los iones cosecharán lo que hayan sembrado.

 El poder constituye la cualidad asociada con el ocho. El ardor, el celo, la resolución y la capacidad de ver las cosas en términos amplios le inspiran ambición, añadiéndose a esto las cualidades requeridas para conquistar objetivos materiales.

El 8 posee el vigor preciso para superar todos los obstáculos y termina por triunfar gracias a su capacidad y su perseverancia. Puede llegar muy alto basándose en las ideas y los planes que se han ido formulando gradualmente durante los siete ciclos anteriores. Con sus normas justas y éticas, sus capacidades de buen juicio y organización, logrará el reconocimiento, el poder y recompensas financieras.

Como se puede observar los diversos puntos tallados, nos están en parte reflejando la personalidad del indiano Fructuoso Pandavenes, una ambición que le hace salir de su terruño y embarcarse rumbo a Cuba, donde se establece  desarrollando una labor que ignoramos, pues en Ponga y sus familiares, decían de él que «tenía negocios» aunque nadie sabía o sabe de su naturaleza, pero su pequeño imperio o relaciones le permitían tener esa amistan tan estrecha con un potentado como Gener Battet.

 

A la izquierda de esa puerta central se haya  la otra puerta en cuyo lienzo encontramos, por un lado una estrella de cinco puntas inscrita en un círculo, y a su alrededor y debajo el compás y la escuadra, y debajo de esta composición un regla con tres puntos.

 

 

La estrella es de cinco puntas: Es un símbolo diverso y que representa la manifestación de la luz., y del espíritu, en la escuela pitagórica a ésta estrella se le denominaba Pentargammon o Tiple Triángulo cruzado.

 

Los Pitagóricos consideraron a esta figura geométrica, como el «emblema de la perfección y el supremo saber».

En tal virtud, como Símbolo en las actuales logias, representa a la unidad humana, «al Hombre y a la fraternidad masónica, a la paz mundial, al amor universal, y a la naturaleza».

Parece que los Pitagóricos, al construir e introducir la estrella de cinco puntas, dentro de sus enseñanzas, tomaron como base, el triple triángulo enlazado, que usaban los Druidas y los Esenios y cuya figura geométrica que dedicaban a la divinidad, en atención a su estructura y significado esotérico, puesto que para ellos, también representaba a la inteligencia, la fuerza, la vida, la generación y la naturaleza, circunstancias que concurren en todo ser humano.

J. Felipe Alonso nos dice que «en la antigüedad este símbolo era considerado como idea de la perfección. Representa al andrógino aunque también al matrimonio y la felicidad. En forma de estrella es para los masones, la estrella flanbeante, símbolo de la materia prima, fuente inagotable de la vida y genio que eleva al alma a cosas grandes». Puesto encima de la puerta de entrada de casa protege a la casa y a sus habitantes.

Dicha estrella está rodeada de 30 puntos, no sabemos si los 29 puntos que rodean el circulo + 1 central, tienen la misión de convertir a la estrella en flambeante o flamígera, la misma que utiliza el Compañero Masón, lo mismo ocurre con el punto central grabado en la estrella, lo que se nos ocurre que tal vez venga a sustituir la letra G que se ve tan familiarmente en la estrella masónica, como punto inicial de la Gnosis.

En ese sentido el punto central en el pentagrama, alude a la representación del 6 (senario), entendido aquí como el sexto sentido (y cuya grafía evidencia dicha identificación) desarrollado por medio del resto de los sentidos comunes, como inteligencia o conciencia individual, e incluso el discernimiento, facultad de discriminar lo real de lo ilusorio, muy propia en la acepción simbólica del pentagrama, microcosmos o arquetipo divino del hombre, en algunas líneas de tradición iniciática masónicas, donde la Estrella Flamígera alumbra con su Luz divina que radica, de hecho, en el propio interior del Iniciado.

El Compás y la Escuadra: Símbolo al que tantas vueltas hemos dado, hay que decir que la escuadra está colocada al revés de como es habitual encontrarla en masonería, si bien en diversos grabados franceses masónicos del XVIII no es extraña esta disposición, que por otro lado tanto nos recuerda a la joya que pende del collar del Venerable de la logia.

En masonería se halla comúnmente con el vértice del ángulo en la parte inferior, aquí estamos ante una escuadra de cantería con sus brazos iguales, y como tal instrumento aparece en muchas culturas y representa la equidad y la materialidad, y su ángulo recto es el símbolo de toda construcción, de rectitud moral y conciencia del hombre.

El Compás: viene a representar el espíritu dibujando o recorriendo los círculos del mundo, siendo por tanto atributo de las actividades creadoras.

En un útil relacionado con la escuadra lo que les da un sentido complementario al que ya tienen por separado. La apertura del compás nos debería decir varias cosas, en este caso estamos ante un compás abierto en 45º grados lo cual indica que la materia no ha sido dominada completamente por el espíritu.

La Escuadra: la situación de la escuadra sobre el compás indica que está al orden de Aprendiz, la materia domina aún al espíritu. Lo que llama la atención, en el caso que nos ocupa, es la ubicación del compás, que suele presentarse con las puntas mirando hacia abajo, y que en este caso lo tenemos situado en un lateral de la escuadra.

El motivo del porqué de esta situación lo ignoramos, y llama la atención de que tenga esa posición y esté en ese grado, cuando la realidad simbólica circundante nos está diciendo que estamos en presencia de alguien que domina el arte real.

Debajo de este tallado tenemos una regla con tres puntos grabados, en esta caso la regla por si sola representa la rectitud, y el sentido profundo de la palabra y la medida de la conciencia íntima del Ser, y juntos, con la Escuadra, viene a significar la rectificación de los actos con arreglo a la capacidad «y que el fin no justifica los medios».

Si bien la regla de masonería viene dividida en 24 puntos (las 24 h del masón) aquí solo tenemos inscritos tres puntos en su parte interior, que bien pudiera representar la edad simbólica del Aprendiz, o una alusión general sobre el Ternario.

Puede resultar curioso como una percepción general de este conjunto instrumental «escuadra, compás, regla» nos puede  sugerir el diseño de un Delta, que aparece en el oriente de todas las logias masónicas, conteniendo un Ojo —aquí esbozado por la silueta del eje del compás— representativo de la conciencia del Ser, símbolo geométrico mismo de lo Perfecto y para algunos Divino o Celestial.

Este grabado central está flanqueado por dos flores de cinco pétalos, y a los extremos de cada una de ellas dos ruedas que a primera vista aparentan ser crismones, sin serlo, porque carecen de los símbolos apocalípticos y de las letras del anagrama de Cristo.

Se han definido como ruedas y en realidad son representaciones de disco solar evocando otras religiones difuminadas en el tiempo.

Al uso de las tradiciones astrológicas, diversas líneas de estudio masónico han incorporado esta división del círculo en seis partes reconociendo al sextil como ángulo emblema universal de armonía, y por el que debieran abrirse los compases para uso en las logias. Esta división de la circunferencia de sencilla realización mediante el compás y la regla, contiene de este modo seis triángulos equiláteros en potencia, símbolos de perfección.

Si bien las flores no son identificables por sí, y las lecturas interpretativas que de ellas realizan distintas escuelas iniciáticas o diferentes tradiciones culturales pueden hacerla variar según su color, aroma, forma o tipo, sus pétalos son una clara alusión al quinario, o sea, a la simbólica del cinco, ya arriba apuntada en referencia a la estrella de cinco puntas.

La lectura del conjunto nos induce a ver (rodeado por los sextiles de armonía universal) la presencia divina centrada (como juicio, entendimiento y rectitud) de la que emanará la vida manifestada. La simbólica de la quintaesencia parece clara en este frontis, sobre todo si nos apoyamos en el contenido de la otra fachada.

A la derecha de la puerta central, hay otro hueco que debió funcionar a modo de balcón, o puerta, ya que si la casa funcionó como tienda y como posada es previsible que los huecos laterales funcionasen como tales puertas.

Pues bien, en el frontis de la puerta de derecha de la casa tenemos este otro panel simbólico.

 

 

Un grabado en piedra, en cuyos extremo izquierdo y derecho tenemos de nuevo la rueda, una a cada lado unido todo ello por una serie de puntos, que se prolongan hasta alcanzar por la derecha la mano y las flores con tallo cruzado. ¿Pudiera tratarse de una representación de la bóveda celeste…?

 Por otro lado hay una especie de figura a modo de 8 con medio circulo encima, a modo de los Signum, y casi el conjunto construido en base de puntos, en uno de los laterales hay dos flores: una de cinco pétalos o brazos, y otra de cuatro las cuales suman 9 que es el principio de la luz que ilumina todo pensamiento, todo deseo y obra el «9, es el número de los Iniciados y de los profetas».

 Sin olvidar tampoco la presencia de la estrella de cinco puntas.

Llaman la atención la dos flores con tallo de tres hojas, ubicadas en la parte central del frontis, debajo de la estrella de cinco puntas, tenemos un grupo de dos flores (no se reconocen) cruzadas por los tallos unidas por una especie de ramillete e inclinadas cada una hacia un lado formando la Cruz Egipcia o la Cruz de San Andrés (Símbolo de la Iniciación) estos simbolizan los ejes solsticiales y equinocciales cruzados uniendo equinoccio de primavera con equinoccio de otoño y solsticio de verano con solsticio de invierno. Esta cruz, en todos los casos, representa un efecto de expansión.

Pero si hay algo que desconcierta en todo el complejo simbólico es la presencia de la Mano-antebrazo con colgante.

En la parte derecha del lienzos simbólico tallado tenemos una mano con antebrazo, estando la mano abierta con los dedos separados y el pulgar hacia abajo, parece ser mano izquierda, (la del rigor) ya que el tallado no presenta el detalle de las uñas. De la muñeca cuelga una especie de colgante que recuerda vagamente a la mano de la fortuna,

Analizado con cierto detalle, creemos que la lectura del conjunto del frontis de la fachada de la mano pudiera querer representar el Génesis del Universo y su manifestación: la mano, es la mano divina, la mano creadora, de la que pende una Cruz, manifestación del Hijo de la misma naturaleza del Padre, ternario en sí mismo plasmado en las tres hojas/pétalos (1 + 2) (origen, manifestación dual) (activo, pasivo, equilibrante) de análoga simbología a la que hemos efectuado con el ternario del delta. La posición aparentemente aspada de la Cruz, refuerza el carácter expansivo del acto generador.

 A la izquierda: hay un ternario (3 hojas) que nos habla de la manifestación del mundo fenoménico: 4 (hojas/pétalos) y al hombre 5 (hojas/pétalos) (hombre como arquetipo de la divinidad —conteniendo su esencia—). Esta referencia a la quintaesencia o mercurio filosófico de los alquimistas, es la vida e inteligencia que anima la materia.

Es dentro de esta parte del frontis asociada al universo manifestado, donde vemos una especie de 8 (con forma similar a la del símbolo del mercurio), cual doble serpiente del caduceo, simbolizando el equilibrio de fuerzas antagónicas y/o complementarias que giran alrededor del eje, cual axis mundi, o Unidad central.

A ambos lados el símbolo de la armonía universal: el perfecto Equilibrio (sextil), según lo explicitado anteriormente.

De este modo tendríamos la explicación simbólica de los frontis de la planta baja de la casa.

 

 

Pasemos ahora a la parte superior de la casa, o primera planta, sobre la cenefa de piedra caliza divisoria de ambas plantas, hallamos los tres balcones situados simétricamente con respecto a los ejes verticales de los de la planta inferior.

 

 

 

El conjunto de grabados de los frontis de la planta superior, centran su mensaje al carácter cíclico de la evolución cósmica.

El elemento central de todo el lienzo lo preside un curioso Reloj, decir que no estamos ante el típico reloj de sol, sino que es un reloj tallado con sus horas y las manecillas fijas, cuya forma circular, reafirma este sentido geométrico, y cuyas manecillas nos indican las 12 menos cuarto, que se encuentra siempre a punto de cumplirse inexorablemente este inicio/fin, plenitud o aparente extinción, de todo lo que en definitiva el tiempo no es más que una arbitraria medición del Perpetuum Mobile que representa el Universo desde su ”impulso inicial”, bien plasmado en la Planta Baja.

 

 

No importa pues si nos aproximamos al mediodía o a la medianoche, dado que sus manifestaciones lumínicas siempre serán dadas. Tal reloj se encuentra rodeado de la presencia de los cuaternarios de las hojas presentándonos la manifestación fenoménica percibida en nuestra naturaleza sensible. Este cuaternario (alusión a los cuatro elementos, e incluso a las dimensiones espacio —x, y, z—, tiempo —t—) se nos presenta en la constante alusión a la naturaleza y a sus ciclos, como constatará en la simbólica global.

 

Y por último tenemos en los otros balcones laterales las plantas/árboles que es reafirman la lectura simbólica del ciclo de la vida, ellos nos muestran el concepto de vida en movimiento, muerte y renacimiento, tan presente en todas las culturas direccionando el Axis Mundi conector Tierra-Cielo, y que masónicamente cobra un sentido reforzado con la presencia del ”novenario” presente en el número de sus hojas. Este número atiende a la inminente regeneración en el proceso nacimiento-muerte-renacimiento, signo de la perennidad e inmortalidad espiritual.

 Conclusión

En esta riquísima simbólica, cuyo desarrollo daría pie sin duda a un trabajo paralelo dedicado a tan singular obra, nada queda al azar, incluso el septenario de uno de los dentados inferiores al reloj, constatan la culminación creadora que una vez manifestada ha de devenir cíclica y determinan muy concretamente el magisterio masónico.

Es la contemplación de este entramado simbólico amplio y muy sincrético, la que puede vehicular el mensaje que como tal, aparece difícilmente expresable a través del conocimiento racional, consciente, acudiendo al soporte y contenido de dichos emblemas (frecuentemente sobrepuestos), donde el símbolo y sus agrupaciones encierran enseñanzas o particulares visiones ocultas para aquellos denominados profanum extra templum y que los han mantenido vigentes a lo largo de los siglos, en diversas culturas y tradiciones hasta nuestros días, donde las denominadas Recepciones e Iniciaciones siguen siendo practicadas como punto de partida de esta nueva forma de percepción y conocimiento.

Poco más puedo decir salvo que estamos ante una proyección de alguien que sabe y maneja con cierta soltura no solo la simbología masónica, sino que además bebe de otras culturas herméticas, en las que se podría incluir posiblemente cierto conocimiento rosacruz.

No sería muy difícil constatar a Fructuoso Pandavenes como notorio masón, y ya no digamos ya situarlo dentro de la complejidad rosacruciana, aunque para mí que Fructuoso Panadavenes estuvo más bien ligado a los Altos Grados de Rito Escocés Antiguo y Aceptado (REAA) a la vez que iba imbuyendo en  otras culturas simbólicas.

No fue como en otros casos alguien que se inició y ahí se quedó su papel, sino que se quiso proyeccionar tanto él como su mensaje de una forma culta y hasta cierto modo discreta, dejando su mensaje en primera persona, pasando su figura sobre la que se asienta todo el entramado simbólico (sus iniciales) lo que es arriba es abajo y como diría Lao-Tsé «El uno se convierte en dos. El dos se convierte en tres, y del ternario procede el uno como el cuatro».

Victor Guerra. Historiador de la masonería

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