PROGRAMA DE UN VM.:., CURSO MASONICO 2001 EN LA GLE- ASTURIAS

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Comisión Instaladora de la Logia de la GLE en Gijón  Julio del 2001

Hace años, escandalizado un Hermano de la GLE, me hacía llegar este texto que no es ni más ni menos que el programa de trabajos que se marcaba un nuevo Venerable Maestro, de alto rango universitario, y viajado como el mismo dice  (y viejo en lides masónicas)  y que tomaba puesto de Venerable de esta nuevo  logia que allá por el año 2001 se levantaba en Asturias.

Es un documento sociológicamente interesante por varias razones, puyes representa una forma de hacer, una forma de entender la logia, una forma de entender la masonería y de entender las relaciones con los Hermanos, además de otras consideraciones como la alta especialidad universitaria de este Venerable lo cual contrasta con este documento que deja  como recado para los Hermanos..,

También  es de resaltar otra cuestión,  y es que este documento lo genera un Hermano como Venerable estando enrolado en la filas nacionaliegas más de izquierdas de la región, lo cual hace todavía más llamativa por un su membresía en la GLE,  y la propia orientación de  poder y relación Hermano en el documento.
VG

VENERABLE (X) Logia MILES LUCIS  nº 110 (GLE)  o CABALLEROS DE LA LUZ

Queridos hermanos:

No voy a ejercer hipocresía ni falsa modestia. Suponía de antemano que vuestra decisión sería la que habéis tomado. Pero debéis comprender que yo no podía llevar adelante mi misión si no hubiera tenido esta ratificación que es la que, en mi fuero interno, requería. Esta orden se encuentra a veces preñada de prepotencia, generalmente ejercida por quienes menos valor tienen. No es este un defecto atribuible a los masones, sino que se detecta en cualquier sociedad que se estructure con cualquier razón última. En definitiva, la Orden se declara paladinamente obra de hombres y, por tanto, sometida a sus imperfecciones.

Ahora quiero plantearos el programa de trabajo para este curso masónico. Ocho son las líneas sobre las que quiero actuar.

La primera es la de completar todos los elementos ritualísticos, ceremoniales y de ornato. Creo, según me explicó el segundo vigilante, que es el intendente de la logia, que nos falta una caja para guardar las herramientas y un estuche para la Carta Patente, elementos que deben estar en el tablero de trazo del venerable maestro, así como el estandarte, la medalla de la logia, las joyas metálicas de cada cargo y una espada para cada uno de los hermanos.

Es necesario solventar cuanto antes estas anomalías.

La caja para las herramientas está ya haciéndose y, en breve, contaremos con ella. El estuche para la Carta Patente aún no está porque yo tuve que salir de Asturies un día antes de lo previsto y no le dí al segundo vigilante las medidas del documento, pero en poco tiempo solucionaremos este asunto. Por lo que respecta a las joyas, es el menor problema, puesto que la simbología está bordada en los collares, pero deberíamos plantearnos la cuestión.

El estandarte y la medalla han de ser encargados lo antes posible, puesto que sería bueno contar con ellos para la próxima asamblea de la Gran Logia de España, de modo que esta logia esté perfectamente uniformada y representada. Por último, queda el asunto de las espadas, que son importantes en determinadas ceremonias y, particularmente, en la de iniciación. Casi todas las logias que conozco utilizan espadas toledanas del tipo tizona, empleadas -no os riáis- para cortar las tartas nupciales en restaurantes tipo garaje. Puede ser una solución a corto plazo, puesto que son baratas, pero la espada masónica tiene otra forma tradicional. Es necesario ir pensando en adquirirla y, tal vez, una solución es que cada hermano se haga con una propia, sin exigir, de momento, uniformidad. Pero lo que sí es necesario es la espada flamígera del venerable maestro.

El segundo punto hace referencia al logro de un alto rigor en nuestra actividad. Mi propósito es que, en el mes de junio podamos celebrar el rito de primer grado sin atender al texto escrito. Deseo que los trabajos de apertura, administración, ceremonia de iniciación y cierre puedan ser desempeñados sin auxilio de los breviarios.

Podéis pensar que esta es una manía de quien lleva muchos años trabajando según el rito de Emulación, en el que se exige de forma explícita la memorización del ritual.

Es posible que algo de esto suceda pero, sea como fuere, no creo exigir demasiado y, además, el Arte Real se viene identificando desde los orígenes de la masonería operativa con el arte de la memoria, como bien se recoge en documentos que son, precisamente, de talleres del rito escocés antiguo y aceptado. 

No obstante, para no atragantarnos demasiado, y de acuerdo con los dos vigilantes y con el experto -al que he recurrido particularmente en este caso, dada su dilatada vida masónica-, iremos haciendo las cosas poco a poco. Por otra parte, para no olvidar los distintos rituales, vamos a trabajar -al menos en una tenida de cada dos- en los tres grados simbólicos, aunque nos limitemos a abrir y cerrar en el de compañero y en el de maestro. Por último, deseo que a todo hermano visitador, aunque sea conocido, se le reteje convenientemente en todos los grados. Es algo que todos, él y nosotros, agradeceremos porque, precisamente por no hacer nunca esto, olvidamos con frecuencia las palabras, los toques y los signos de los grados que poseemos.

La tercera cuestión se refiere a la formación masónica. Es mi decisión que todos los maestros de Miles Lucis 110 realicen una plancha durante este curso. Voy a 'pedir a cada uno de vosotros un estudio breve acerca del tablero de trazo de primer grado y de la cámara de reflexión escocista. Uno hablará del mosaico, otro de la cadena, otro de los metales, otro de la escalera, otro del gallo, y, así, hasta agotar lo más posible la simbología. Mi ya relativamente larga vida masónica me ha enseñado que sabemos muy poco -y yo a la cabeza de los ignorantes- y que, en gran medida, la culpa de ello es la dejación de los venerables maestros con respecto a su función.

La cuarta cuestión trata de la uniformidad. No permitiré entrar en el templo a quién no cumpla con la exigencia ritualística: traje oscuro, camisa blanca, calcetines negros y corbata o pajarita negra. Yo, personalmente, siempre he defendido el smoking como indumentaria masónica de estos tiempos y es lo que visto en logia. No voy a ser tan estricto pero no admitiré vaqueros, corbatas de colores, chaquetas marrones, príncipes de gales, ojos de perdiz y cosas similares. Prefiero no celebrar la tenida a hacerlo fuera del ritual. Esto no es una estupidez nacida de mentes aristocráticas como podéis pensar que puede ser la mía. 

El hecho de ponerse un smoking para acudir a una tenida, sitúa al francmasón en una posición diferente a la que tenía diez minutos antes. Es el acto de revestirse, saber que se está a punto de entrar en un mundo diferente. A la logia se va como se va a ese encuentro amoroso donde todo, desde el perfume hasta los zapatos, es importante.

La quinta cuestión hace referencia al trabajo que cada uno de los hermanos del taller debe realizar. Cada uno de nosotros sabemos perfectamente -o debemos saber perfectamente- cuál es nuestra misión como miembros de la logia. Sé positivamente que todos nos vamos a esforzar en que nuestro oficio se ejecute lo mejor posible, por lo que no querría insistir demasiado en este punto. No obstante, la experiencia me ha enseñado que, con frecuencia, por abandonismo de unos y exceso de celo de otros, muchas veces el trabajo acaba recayendo en uno o dos hermanos. 

Con el tiempo, estos hermanos tienden -por lógica funcional- a patrimonializar la logia, con lo que el resto les recriminan su actitud, recriminación que aquellos entienden como proceder injusto y desagradecido.

Este es uno de los problemas más extendidos en la Orden y creo que no debe haber ninguna logia que no los padezca o haya padecido. Y, para evitarlos, basta en buena medida con que cada uno cumpla con su deber. Nada más sencillo: cumplir con lo que hemos prometido cumplir.
La sexta cuestión se refiere a cuestiones protocolarias o, si lo preferís, de lo que considero buena educación. Sería un detalle por nuestra parte entregar un diploma de Miembro Fundador de Miles Lucis 110 a todos los hermanos que, desde otras logias, pusieron su empeño en que la nuestra fuera una realidad material. En este sentido, creo que deberíamos otorgar ese nombramiento a quienes firmaron la petición de Carta Patente y a quienes, aunque no lo pudieron hacer, estuvieron presentes en la ceremonia de consagración.

He preparado un texto sencillo para reproducirlo en buen papel, en el que firmaremos el hermano secretario y yo mismo, haciendo saber nuestra decisión. El diploma está redactado en lengua asturiana, aún cuando la oficial de la logia es el español, con lo que la masonería contará con el primer texto en aquel idioma, lo que no deja de ser un hito importante, por más que modesto. Y, además, no necesito explicároslo, es para mí un gran placer redactar el diploma en la lengua de este pueblo.

La séptima cuestión trata de nuestras primeras relaciones exteriores. Como la mayoría sabéis, yo viajo bastante por mis actividades universitarias y siempre llevo el mandil en la maleta, lo que me permite visitar logias por todo el mundo. Mis últimas visitas las realicé a dos logias guatemaltecas, Fénix 2 de Quetzaltenango e Igualdad 5 de Totonicapán. Allí me comprometí a ser Garante de la Amistad de ambas y, como quiero ser justo, he decidido entregar esta titulación a mis dos logias actuales: a Luz Fraterna 26 la relación con Fénix 2 y a Miles Lucis 110 la relación con Igualdad 5. 

Además, al margen de lo que decida en su día Luz Fraterna 26,me gustaría que el Garante de la Amistad ante Igualdad 5 sea nuestro Primer Vigilante….., ya que fue nacido en Guatemala.

La octava cuestión puede parecer un tanto extraña en el rito escocés antiguo y aceptado, ya que trata de los ágapes. En nuestro rito, el ágape no forma parte de la tenida, la cual se considera cerrada tras la ruptura de la cadena de unión. He tomado la decisión de adoptar para nuestros ágapes partes del rito emulacionista inglés.

Nada lo impide, puesto que se realiza al margen del ritual. Celebraremos nuestra comida, como siempre se ha hecho, en alegre fraternidad, pero sin abandonar nunca el rigor que es debido en una reunión de francmasones.

En este sentido, el hermano que haya escrito la plancha se limitará en la tenida a explicar sus contenidos, o leerla si no es demasiado larga, o hacer un resumen si así lo desea, pudiendo los demás preguntar acerca de sus contenidos, perfilar cuestiones y centrar debates. Luego, en el ágape, discutiremos la plancha, en pie y siguiendo un cierto orden. Por otra parte, realizaremos la serie de brindis rituales, a los que yo añadiré siempre, antes del correspondiente al del retejador, uno por Asturies.

El último será, como es habitual, el mencionado del retejador, siguiendo para éste el rito de la Gran Logia, que proviene de las costumbres inglesas, cuyo texto le entrego al secretario y que siempre se realizará cuando las agujas del reloj se encuentren en escuadra. Por supuesto, el venerable maestro, yo en este caso, tiene la potestad de realizar otros brindis añadidos -después del dedicado al Gran Maestro y antes del correspondiente al del retejador-, brindis de variada naturaleza: el iniciado, las damas, los visitadores, el invitado especial, etcétera. Es evidente que, cuando otro maestro ocupe este sitial, no se debe ver impelido a seguir estas directrices, dado que nuestro rito no le obligará a ello.

Hermanos, una cosa más. Yo puedo imponer este programa sin necesidad de discutirlo con vosotros. Pero no quiero hacerlo. Creo sinceramente que estas líneas de actuación pueden colocar a Miles Lucis 110 y a nuestra masonería asturiana en una situación excelente para emanar luz. Yo quiero que nuestra logia sea ejemplo de buen hacer, de fraternidad y de concordia. Por ello, voy a someter a vuestra consideración mi programa.

La mayor parte de vosotros no conocéis mi trayectoria. Quizás solamente los rnás preocupados por la política asturiana sabías, antes de todo este embrollo, quien era yo. Pero casi ninguno sabe nada de mi actividad masónica. Por eso no me considero capaz de hacer frente a mis responsabilidades si no cuento con todos vosotros.

¡Hermanos vigilantes!, comunicad en vuestras respectivas columnas, como yo lo hago en el oriente, que el programa para el curso masónico 5999­6000 presentado por el venerable maestro va a ser sometido a votación y que, para ello, los hermanos que lo deseen pueden hacer uso de la palabra.

Gijón 2001

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