ROSARIO DE ACUÑA Y LA FRANCMASONERIA, Una reflexión al margen, y con un Homenaje de fondo
Hace Apenas dos semanas que en el marco del Ateneo Obrero de Gijón presentaba una conferencia la profesora María José Lacalzada: Rosario de Acuña: libre y con buenas costumbres entre las logias de la Francmasonería.
Conferencia que se dictó ante un más que escaso auditorio, en el cual la ausencia de la ciudadanía y del pueblo masónico asturiano fue más que notable, pese a las presencias masónicas en Asturias, sus desarrollos, sus pragmáticas y títulos distintivos que llevan alginas logias , digamos que en general no están en la tesitura de “ a Dios rogando y con el mazo dando” sino más en algunos ocasiones ubicadas en el malentendido secreto masónico, o bien en la bambalinas de lo mediático.
El tema expuesto por María José Lacalzada fue muy interesante ya que abrió nuevas perspectivas a la reflexión sobre la presencia y relaciones de Rosario de Acuña y la masonería, lo cual demás tuvo mucho que ver con la coletilla del tema expuesto libre y de buenas costumbres.
La conferencia que se enmarcó en los veneros ya conocidos que ya han adelantado tanto Maria Jose Lacalzada, como José Bolado, no por ello la charla dejó en el ambiente para la reflexión y el debate la duda de: ¿Cuál fue la relación de Rosario de Acuña con la masonería en sus años finales?
Ello me va permitir abrir una reflexión en torno a las concepciones de Libertad o sentirse libre y tener buenas costumbres, cuestiones presentes en la masonería
Quedó claro en el transcurso de la conferencia que Rosario de Acuña era una mujer o para ponerlo en su boca , y no dar lugar a un concepto de género , digamos que era un “ser libre”.
Esto que tanto se dice en masonería de “libre” un masón libre una logia libre viene motejado además por lo de las “buenas costumbres”, ya que en masonería, al menos en una buen parte de ella, el hecho de “ser libre” de pensar fuera de las estructuras, de los estereotipos e historiografías y los tópicos y latiguillo al uso pues se perdona mal, tal vez peor en la España cainita
Ya lo he comentado varias veces, no conocemos la historia de la heterodoxa masónica, digamos que está está como enterrada; claro está si exceptuamos la corriente villamorzista y pascualiana, si es que se las quiere considerar como heterodoxias; lo demás es un desierto de esterilidad historiográfica, lo que en parte viene a demostrar que las corrientes estructurantes de las logias y la Obediencias, y digo en parte, por que no creo que todas estén en esas dinámicas de ejercitar una aplastante presión para formar opinión y modelos “tópicos y típicos” de hombres y mujeres de buenas costumbres.
Pero es innegable la presencial patriarcal y su orbe conceptual en el entorno de la masonería, creando modelos de “buenos ciudadanos”, en cierto modo cortados por el mismo patrón, no hay nada más que ver las” originalidades” que hay en masonería cuando preguntamos sobre el origen de la masonería, o la misión del trabajo masónico, o la conceptualización de este. Las respuestas suelen ser en genera además de muy estereotipadas, muy incrustadas en los tópicos.
En ese sentido Rosario de Acuña, rompió moldes, era un caso como otros muchos, difíciles para digerir por la propia masonería del siglo XIX y de principios del siglo XXI, cuyos patrones eran los de la maculinidad más absoluta. Digamos que las experiencias de años atrás quedaban cerradas , y por tanto, un ser libre, una masona libre, encajaba mal en una masonería que se había alineado en una estructura cuasi regular” que excluía a la mujer de sus trabajos, por y para siempre, ya que en todo caso, en la masonería del siglo XX que estaba atomizada en torno al GOE se pedía a las Hermanas que canjearan esos títulos y grados por otros más honoríficos y sin peso masónico; por tanto la figura de Rosario de Acuña, de la Hermana HIPATIA , encajaba mal en la masonería , en concreto en la asturiana de aquellos momentos.
La figura y la presencia de Rosario de Acuña estoy persuadido de que constituía en parte todo un estorbo institucional y relacional; masónico primero no se la podía reconocer como masona , porque eso sería poner un brete a la a organización masónica : la Obediencia por aquellos momentos en pleno auge: el GOE. Reconocer los titulo a Rosario de Acuña u a otras Hermanas. ello constituía toda una afrenta ante ciertas Potencias MAsónicas, y ya que no sería querer perder los reconocimientos de dichas potencias masónicas, por tanto había que negar cualquier posibilidad de una masonería de corte femenino o mixto en su seno.
Por tanto la propia situación y ubicación de Rosario de Acuña como masona y Alto Grado en Gijón, no dejaba de colocar en un brete a las posibles logias que la pudieran acoger en cuanto a los temas institucionales y masónicos. Por tanto la figura de Rosario de Acuña era en el contexto gijonés como de una pieza de loza en el estante masónico.
NO sabemos si Rosario Acuña, visitaba algunos talleres masónicos astures, todo parece indicar que no , su rutilante apuesta de ser una masona libre, un ser libre con buenas costumbres pero muy alejada y muy crítica con los modelos patriarcales y femeninos al uso que además protagonizaban también otras significadas mujeres masonas , sobre el perseverar en el ser madre, o mujer sumisa y fiel esposa o sea lo que algunos entendían como “las buenas costumbres” sociales del momento colocaban a Rosario Acula en une extraño limbo siempre inquietante por un lado, por ser la referente de las clases obreras, y en otro contexto por sentirse como una “extrañada “por la propia masonería asturiana y esapñolaç
Su concepción de ser libre y buenas costumbres, la colocaban en oposición con notros moldes institucionales y hasta contextos conceptuales dentro y fuera de la masonería, con los que además era combativa.
Ese es un debate interesante que planeó sobre la conferencia, y que debiera suscitar otros muchos debates en torno a esos temas de la libertad , las buenas costumbres …y los intereses personales.
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He vuelto hace unas horas de una presentación de unos libros sobre Rito Francés en Madrid, y no he podido asistir como otros años al Homenaje que todos los años le brinda el Ateneo Obrero de Gijón y la logia del Gran Oriente de Francia que lleva su nombre.
Una vez más el recato masónico, los secretos y las discreciones que creo mal entendidas han hecho que pese a todo lo que se dice en otros lares la presencia gijonesa ante la figura de Rosario de Acuña ha sido más bien raquítica, y es una pena no hace tanto que le escribía una carta abierta a la alcaldesa Paz Felgueroso, la cual escandalizó más a propios más preocupados por sus intereses que a la propia edil que comprendía las razones expuestas en mi carta al periódico.
Acto de Homenaje a Rosario de Acuña en el 2009
Atrás quedan aquellos actos conmemorativos llenos de bandas y testigos de una membrecía masónica, ayer día 8 de Mayo se brindaba por parte del Hermano Paulino Lorences, en presencia de Paz Felgueroso , Dulce Gallego y el Ateneo Obrero de Gijón un sencillo homenaje en el Cervigón.
Supongo que todos examinaran las causas, dejando de mirarse el ombligo, de porqué Gijón y la propia masonería asturiana no tiene una fuerte presencia en un acto en memoria de la “Deraisme” astur Rosario de Acuña.
Textos y Fotos @ Víctor GUERRA
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