LOS HIJOS DE LA RAZON EN LA ASTURIAS DECIMONONICA
Hace ya un tiempo me pidieron desde la Revista Atlántica XXII , un trabajo sobre la masonería y los símbolos de la Casa de Sellaño, todo ello fue publicado en el número Nº 5 de Noviembre del 2009.
Hoy lo aporto como un trabajo más a todos los que hasta ahora he ido publicando sobre Masonería.
Textos y Fotos@ Victor Guerra
Hoy lo aporto como un trabajo más a todos los que hasta ahora he ido publicando sobre Masonería.
La presencia en Asturias de “los hijos de la luz o de la razón”, los masones, esos individuos preocupados por sus propios ámbitos societarios y espirituales, se remonta al menos a principios del siglo XIX. La primera logia de la que tenemos referencias es la Manuel de la Pezuela, . Hay quien la sitúa en la llamada Casa de los Masones de la calle La Vega de Oviedo, aún en pie
La presencia del hiramismo (hijos de Iram, mito del tercer grado de la masonería) aumenta con el siglo e incluye a las figuras más liberales e ilustradas de la época. Son miembros de la masonería, porque ellos mismos lo confirman o porque se les califica como tales sin que se haya desmentido nunca, personajes como Canga Argüelles, Argüelles el “Divino”, el Conde de Toreno, Ramón Sala o el mismo Álvaro Flórez Estrada. Todos ellos, como decía José Maldonado González, también miembro de la Orden y último Presidente de la II Republica en el exilio, buscan ese bien social “ partiendo del perfeccionamiento individual, de la prédica… de la práctica de la solidaridad- de una sociedad más libre y equitativa, más fraterna”.
Cuando se habla de memoria histórica, se olvida el olvido a que ha sido sometida la obra y la historia de la influyente masonería, primero por la exitosa hostilidad de representantes de la Iglesia e indisimulados perseguidores de “los hijos de la luz”, como el abad Barruel o el obispo de Oviedo Martínez Vigil; y después por la pesada huella de la dictadura franquista, que convirtió a los masones en una verdadera obsesión. En una reciente muestra de esta amnesia colectiva, el exrector de la Universidad de Oviedo y promotor de los cursos de La Granda, Teodoro López Cuesta, hablaba hace poco en un medio de comunicación con devoción de su padre, un prestigioso dentista ovetense, ocultando tan sólo su condición de masón.
EXTRANJEROS, REGIONALISTAS Y REPUBLICANOS
Hablar de masonería como tal en Asturias, no de masones, sino de una organización con fines y objetivos, sólo es posible de una forma contrastada a partir de 1850, cuando el desarrollo de una incipiente industrialización atrajo a diversos empresarios, ingenieros y técnicos franceses, belgas y suizos, relacionados con el vidrio y la loza, los cuales encontraron un hueco en la ciudad de Gijón. Con el apoyo de un mahonés como José Victory[1] pudieron abrir la primera logia de la que tenemos constancia documental, y que se colocó bajo los auspicios del Gran Oriente de Francia. Pero aquel Taller terminó como el rosario de la aurora, dada la persecución y represión que se desató contra la logia. La experiencia sirvió para que nuestros progresistas no volvieran a las andadas hasta que un clima más benigno en lo político, como fue Trienio Liberal, permitió de nuevo el desarrollo de los trabajos masónicos, operándose una serie de cambios que se irán produciendo, en coincidencia con el establecimiento de las logias en Asturias.
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Cambios fueron sustanciales y conceptuales; por un lado se sumaron de nuevos miembros asturianos, tiñendo a las logias de un perfil muy regionalista; si de los primeros masones no conocemos sus identidades políticas y religiosas, enseguida abarcan todo el abanico republicano. Pese al intento de la historiografía positivista de relegar la sociabilidad masónica a los ámbitos que le son propios, no se puede negar la preeminencia del carácter republicano de los masones astures, que se situaba entre el federalismo y el zorrilismo (Ruiz Zorrilla), puesto que les vemos ocupando puestos de cabeza en los comités republicanos que van abriendo sus puertas en las distintas localidades asturianas.
Por otro lado hubo una basculación o desplazamiento del núcleo primigenio del trabajo masónico, que primeramente se radicó Gijón, para ir extendiéndose hacia otras localidades como Bimenes, Trubia, Belmonte, Luarca o Navia, sin olvidar el gran núcleo de tradición masónica que fue la ciudad de Oviedo.
INDIANOS Y MUJERES
Las logias del XIX, que van desde 1850 hasta 1894, van a estar lideradas por una pléyade de notables liberales y republicanos de variado pelaje, sobre manera cuando se asientan en Oviedo, destacando la figura del rector Fermín Canella, del cual tenemos constancia de una larga presencia en los trabajos masónicos. Más combativos eran Juan González Río, Rafael Calzada o César Álvarez Cascos, que no sólo tendrán que trabajar para levantar “columnas masónicas en su entorno”, sino luchar también contra los elementos más extremistas, como el obispo Martínez Vigil y los jesuitas que le secundaban. Esta lucha va quedar patente, no sólo en los medios de comunicación más ultramontanos, como la Cruz de la Victoria, sino en otros periódicos de claro tinte republicano y masónico como el Semanario La Verdad[2], auspiciado por las logias Nueva Luz y Juan González Río. El redactor de esta publicación fue Juan Fernández Llana. Tendrá una vigencia de casi tres años, pero sólo existe la colección de un año completo, todo un repertorio para conocer el ambiente republicano que se daba en Oviedo y Asturias.
En el contexto del siglo XIX llama la atención la carencia de talleres masónicos en el Oriente de Asturias, en contraste con el empuje que muestra el Occidente. Caso singular es el de una posible logia obrera radicada en la Fábrica de Armas de Trubia, formada no precisamente por cuadros técnicos altos sino por obreros cualificados. Esta logia se podría situar entre el republicanismo y el socialismo utópico de finales de siglo.
Estamos por tanto ante una masonería de corte republicano que va establecer sus talleres bajo la égida de de variadas Obediencias, algunas de la cuales van a permitir, por ejemplo, que en la logia la Luz de Bimenes encontremos a una mujer en condiciones de igualdad con sus “hermanos” masones, algunos de los cuales eran militares; o que en la prestigiosa logia ovetense Juan González Río encontremos a Eulalia Sanchez Vizcaino con el grado 18º.
Obediencias y logias que no sólo impulsarán un semanario como La Verdad, sino todo un proyecto de sociabilidad[3] que viene a romper con el tópico tan al uso de que en las logias “ni se habla de religión ni de política”; tópico muy interesado en mantener la masonería sujeta al poder político y religioso, y que pregona la llamada masonería “regular”, cuyo más alto representante sería la Gran Logia Unida de Inglaterra.
Con relación a esta masonería del siglo XIX no hay que olvidar el papel que juegan los Indianos, aquellos paisanos que se iban a las Américas y que allí se hacían masones, como sucedía en Cuba, donde recientes estudios demuestran que había en las logias hispanos-cubanas trabajando unos 450 masones asturianos. Algunos de estos indianos masones fueron tan relevantes como Manuel Cué o Manuel Fernández Juncos en Puerto Rico. Muchos de estos masones cuando regresaron a Asturias no tuvieron la proyección de que gozaban en América y su huella masónica se difuminó. No fue el caso en cambio de un indiano de Sellaño (Ponga), donde suponemos que un iniciado en la masonería hispano-cubana, a su regreso, manda labrar en los frontispicios de puertas y ventanas el mural masónico más importante de la región.
Masones asturianos significativos Siglo XXIJoaquín y José Alarcón Jimeno
Ramón Álvarez Buylla
César Álvarez Cascos
Silverio Álvarez de la Escosura
Pancracio Álvarez Llana
Armando y Froilán Arias Carbajal
Benigno Bances
José Bastide
Rafael Calzada
Fermin Canella
Trofimo Collar del Peso
Ignacio y Pedro Diaz Pedregal
José María Estrada Secades
Victor Fernández Felgueroso
Pedro Fernández de la Pumariega
Eladio García San Miguel
David y Galo García Somines
La saga González Río
Alfonso Hulton
Arturo Lerroux García
Apolinar Menéndez Acebal
Paulino Ojanguren
Juan Molleda Vázquez
Leopoldo Palacios Morini
Francisco Pérez Carreño.
José Sela Castón
Manuel Toledo Benito
Braulio Vázquez Prada
El cambio de siglo, con el detonante de la pérdida de las Colonias, trajo consigo la desaparición de todas las logias del escenario astur y tendremos que esperar a 1911-1912 para que de nuevo resurjan los trabajos masónicos. Y de nuevo de la mano de Hermanos que vienen de fuera, en este caso a trabajar al Ferrocarril de Langreo, vuelve la masonería a resurgir en Asturias, con distintos tonos y matices.
[1] La masonería al socaire del ferrocarril en Asturias. El masón José Victory y el ferrocarril de Langreo. 150 Aniversario del ferrocarril de Langreo. III Congreso de historia ferroviaria. Siglo y medio de ferrocarril en Asturias
[2] “La Verdad” Un semanario masónico en el Oviedo Finisecular BIDEA, 160. Oviedo 2002
[3] La masonería ovetense en el siglo XXI. Una sociabilidad en acción. Cuadernos de Historia nº 7 . Facultad de Geografía e Historia Universidad de Oviedo 2003.
Textos y Fotos@ Victor Guerra
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