Teosofos y Teosofía en Llanes


Aunque a los teósofos no se les puede considerar como francmasones, algunos de ellos  han estado dentro de la teosofía y con notables éxitos. El caso más reconocido que tenemos más cercano y  que reúna la doble condición de  masón y  teósofo  es  el de Mario Roso de Luna, autor de la famosa novela “El misterio de los Lagos de Somiedo”, y también el de Fernando Valera, diputado Radical-Socialista, varias veces ministro en los gobiernos republicanos en el exilio.

Sobre la naturaleza de la Teosofía, de cuya doctrina se conoce más bien a  una de sus más famosas divulgadoras: Mdme. Blavtsky, más casi  que a la propia esencial doctrinal.

Los diccionarios al uso nos  sitúan ante esta ambivalente  filosofía  como:
“Doctrina de varias sectas que, despreciando la razón y la fe, presumen de estar iluminados por la divinidad e íntimamente unidos con ella (...) Se encuentra así, como históricamente puede comprobarse, entre aquellas dos fuentes o métodos cognoscitivos. Cuando no se apoya en ellos, se convierte en vana superstición o morboso misticismo y es fruto de una exaltación religiosa sostenida por una idea confusa e imperfecta de la Divinidad. Reproduce las contradicciones del panteísmo naturalista ó idealista y en muchas ocasiones coincide totalmente con él. Por la duplicidad de elementos que encierra ha sido considerada como una religión ó como una metafísica”

Si embargo en la historia de la teosofía se distinguen distintas tendencias que se van a ir sucediendo a lo largo de su historia y que conforman todo un cuerpo doctrinal: la Neopitagórica, con Nigidio Filugo, Apolonio de Taina y el ecléctico Plutarco, que esparcen lo que se podría considerar como las semillas de la teosofía primigenia; la Grecojuadaica, donde se concilia la Biblia como texto sagrado con la filosofía griega, dándole así un carácter esotérico; la Gnóstica, calificada como “pandemoniun” de especulaciones teosóficas; y como no la  Neoplatónica: la aspiración de las almas privilegiadas al éxtasis y toda clase de comunicaciones divinas mediante ciertos estadios de purificación e iniciación, en la Renaciente, son los primeros que reciben el nombre de teósofos entre los que se encontraban, Cornelio Agripa, Teoffastro, Paracelso, Böhme y Schelling, en conjunción con los filósofos citados, con los denominados Iluminados y ocultistas.

De las denominadas doctrinas del teosofismo, aún siendo muy extensas en contenido y en concepto, se pueden entresacar algunos puntos, que en parte fueron manejados por los teosofistas asturianos en sus respectivos cruces de correspondencia y expuestos en algunas memorias sobre sus actividades teosóficas.

 En cuanto a  la filosofía que practican los seguidores asturianos de la  Estrella del Oriente, se incluye el esoterismo doctrinal, el cual se apoya en que sólo hay una doctrina verdadera, aunque  se reviste de dos formas la exotérica y la esotérica, y en ésta última sólo podrían entrar los iniciados.

También se adscriben algunos al panteísmo, que parte de un poder divino universal del que proceden y al que se reducirán todas las cosas, sin ser esto el fiel reflejo de un dios personal (como el cristiano). Cuyo concepto se asemeja en ocasiones el (G\A\D\U\)[1], que se utiliza en la masonería y cuyo  proceso progresivo del universo, considerado en toda su extensión y duración, se asemeja a una serie eterna de ondas condensadas alternativamente; el proceso evolutivo del hombre, en el que se la considerada el hombre como materia-espíritu, la evolución intelectual, la reencarnación, el karma, el hombre búdico, y el ivanmukta; todo ello unido al ascetismo en sus múltiples variedades teóricas sobre el cuerpo físico , astral.

Todo éstas filosofías y conceptos fueron manejados por los teósofos españoles, que intentaron trasmitir a sus  discípulos, en concreto a los asturianos a los que debía resultar extraordinariamente difícil asimilar tanto concepto y doctrina, y de ahí que  frente a la dificultad de absorción intelectual y las reticencias clásicas frente a tales postulaciones, fueran considerados por sus tuteladores y maestros como “inútiles por ahora”.

La Sociedad Teósofica en España viene de la mano de los discípulos, de los personajes  femeninos más singulares de la teosofía:  Mdme. Blavtsky, y Annie Marie Besant. Y serán los círculos catalanes  los que puedan considerarse como los verdaderos impulsores en España de la teosofía, entre los que cabe destacar a José Xifre y a Francisco Montoliu y Togores,  presidente del primer grupo teosófico que se funda en España,  y que pone en marcha como órgano de expresión  de La Sociedad Teosófica Española, la revista “Sophia”, que comenzó a editarse en 1893.

Los distintos grupos que se dan en España, denominados como “ramas” van a estar asentados fundamentalmente en grandes ciudades como Barcelona, Madrid, Valencia, La Coruña y Tenerife.

En Asturias, su penetración se produce tardíamente, con respecto a los demás núcleos, formándose a su vez dos corrientes: el grupo “Rama de Gijón”, bajo los auspicios de la Sociedad Teosófica Española) que sigue las enseñanzas de Mdme. Blavatsky) y el “Rama Asturias” bajo el amparo de la Orden de la Estrella de Oriente, fundada por Annie Marie Besant, una irlandesa nacida en Inglaterra y de religión anglicana.

En su vida se cruza con el anticlerical y librepensador Carlos Bradlaugh, que la llevará hacia las tendencias más ateas y revolucionarias, liderando todo un movimiento librepensador que propugnaba el ateísmo y la República como forma de gobierno. Tras sus estudios sobre espiritismo, hipnotismo y los fenómenos psíquicos, en 1911 se convierte al catolicismo y generará la orientación más característica de la teosofía, el llamado “esoterismo cristiano ”,  que llega a tener consideración de religión. Así lo manifiesta uno de los miembros de la Orden de la Estrella del Oriente, secretario coordinador del Centro y Sur:

..Así lo parece en efecto desde el momento en que habiendo sido instituida después de una amplia difusión de la teosofía, la ciencia de las religiones, se apoya principalmente en las enseñanzas de ésta y puede no sólo ofrecer una buena base para el edificio que se haya de construir después, sino hasta ser ella misma ese edificio que se esté ya levantando como organismo de la religión futura. Su carácter, además, es esencialmente religioso, pues tiene su credo, persigue un fin espiritual y trata de vivir en intima comunión con el Gran Instructor a cuyo servicio se ha consagrado”

La implantación pues del teosofismo  en Asturias, o al menos  de la corriente que se establece en la zona oriental,   viene del hecho de que Rafael Velasco, teósofo y miembro del “Rama Bilbao”,  se traslada  vivir a Villahormes (Llanes), debido a su condición como representante comercial, puesto que esos  momentos comienza a llevar comercialmente  toda la zona de Asturias y Galicia.

 Sus primeros movimientos en pro del teosofismo,  logra que haya una  adhesión de ocho socios, fundando así el “Rama Asturias”, cuya fecha de constitución es la de Enero de 1925,  y ostentando Rafael Velasco la presidencia y José Mª Friera (destacado masón que desempeñó además el cargo de Gobernador Civil en Asturias y en Salamanca) el cargo de Secretario.

A pesar de éstos apoyos no logran vertebrar una asociación importante, ni generar un volumen de actividades considerables que pudiera atraer a más adeptos. De hecho las logias masónicas asturianas se mantendrán un tanto distanciadas de tal organización, a pesar de la doble afiliación que mantienen algunos de sus miembros

El otro núcleo local perteneciente a la Orden de la Estrella del Oriente aún tiene menos actividad, y en una memoria anual de 1923 se recogen sus múltiples problemas: la falta de una saneada economía que pudiera generar una pequeña industria impresora para poder editar sus propias publicaciones, y a ello se suma  la falta de conocimientos de idiomas de los afiliados españoles, y más aún,  de los asturianos,  lo cual  les hace imposible acceder a las múltiples obras de carácter  teosófico y poder completar su formación al respecto .


[1] GADU:  Gran Arquitecto del Universo


[i] Este capítulo ha sido trabajado a base de los distintos expedientes que se hallan el AHNCG de Salamanca, sobre teosofía : TEO 40/2038 y en los correspondientes expedientes personales de los distintos teósofos, abiertos bajo este epígrafe.

 Victor Guerra

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