Asturias Mágica . La Clave Templaria(Ultima entrega)


Pero Cué, no solo contiene estas simpáticas cuestiones, sino que alrededor de su iglesia tenemos una sucesión de cruceros y un hermoso cementerio marino, a cuyo seno yendo hacia el Oriente, nos encontramos con la “bolerina del roquedu” sobre la cual se fábula que los primitivos y hercúleos "coritos " bailaron por primera vez el pericote en noche de luna llena. Dice el escritor Gracia Noriega en su paseos por tierras llaniscas, “que en los acantilados de Cué crecen dientes del diablo, últimos pobladores de este límite septentrional.


El diente del diablo, no es una famosa película, ni que haya inuits en la zona, sino que debe a una planta cactácea que así nos la describe otro viajero: “Una maravilla, cuya flor cuando la vi surgir por primera vez, me dejó también..., bastante pensativo; creo sinceramente que conviene detenerse y ver y mostrar (a quien no sabe, sobre todo a los niños) esas maravillas del Creador.” Viendo todo ello, la verdad, uno se considera muy poco importante.

Por otro lado, entre Andrín y Cué, tenemos la antigua leprosería de Cañamal [VG1] y la torre medieval de Tronquedo “donde se ofrecía al caminante hospitalidad al cansado santiaguista como un remanso en su larga marcha hacia Santiago”, y más allá a unas leguas antes de entrar en LLanes, La Jorcada donde existe la ermita y una imagen muy venerada del Cristo del Camino, la capilla fue construida en 1595 por Pedro Sánchez de Llanes, arcipreste de LLanes a cuyos aledaños se levantaba la casa de otro ermitaño y en la fachada está incrustado un reloj de sol, con fecha de 1818 “ que está parado, poco sol le llega a este paraje, y además le falta la “nariz” desde tiempos inmemorables.

Recordar al llegar a este pasaje, que el reloj está relacionado con la cruz de San Andrés, que es el signo de la Cruz, sublime monograma del Cristo Señor. La Cruz de San Andrés y las milagrosas llaves de San Pedro son dos réplicas maravillosas de igual valor alquimista y cabalista,. Y ya que hablamos de constructores y caballeros comentar de pasada que el espíritu templario lo recogieron en parte la Hermandad de Caballeros de San Andrés, pues hubo otras Ordenes y hermandades.

Entran así en danza, cuando se repiensa todo lo que hay que ver, y toda su significación que tiene de Andrín y la zona de Cué, y a uno le entran serias dudas, y no puede por menos que realizarse a si mismo algunas acerca de cómo es que existe una bolera tan cerca del mar y con hierba tan densa, y en eso la toponimia no nos juega ninguna pasada sino que nos está indicando la existencia de un mensaje. Un juego de bolos con enormes jugadores … ¿A que os recuerda…?

Hay que tener en cuenta que los “coritos” fueron a decir de Emilio Pola, excelentes canteros muy solicitados y que algunos trabajaron en la edificación del monasterio del Escorial” y por si esto ya no fuera bastante D. José Saro y Rojas en su viaje en el siglo XIX, por estas tierras comenta la extrañeza de que en Cué no haya analfabetos, y además califica a este pueblo de ser más papistas que el Papa, puesto que guardaba como mucho rigor las fiestas que el Santo Padre Pío IX suprimió. El citado Para fue uno de los que más luchó contra sociedades secretas, entre ellas la dedicada a la construcción especulativa: la masonería, y lo hizo a través de encíclicas “Qui pluribus” de 1846, fue una de ellas, detrás vendrían una serie de pastorales y encíclicas prohibiendo a las sociedades secretas “ que quieren pisotear los derechos del poder sagrado y de la autoridad civil”

De nuevo volvemos a tener entre manos un pueblo maldito, que trabaja en comunidad, que son considerados como un pueblo “raro” de hercúleos canteros que juegan a las orillas del mar un juego de extraños bolos, bailan una danza a un más extraña, el pericote donde le papel masculino lo realiza una mujer, para colmo so cultos y se oponen a la propia iglesia establecida, si esto no es esoterismo que vengan los doctores de la Iglesia y lo juzguen.

El Pericote es junto con el Corri corri, el baile más conocido del Oriente de Asturias, y uno de los bailes más antiguos de España. Hay quien hace descender este baile directamente de antiquísimas danzas del periodo Neolítico. Bailan cuatro varones con ocho muchachas. Ellos con pasos muy complicados, trenzando los pies, avanzan como cortejando, mientras ellas giran rítmicamente a derecha e izquierda como si coquetearan. Este juego del quiero y no quiero se repite dos veces, y a la tercera, cuando los hombres avanzan, las mujeres ceden al requerimiento y empieza el baile propiamente dicho. Es muy espectacular. Y la indumentaria de los varones, muy pintoresca. Algunos investigadores señalan la vivencia de otra que los celtas interpretaban con sentido ritual, acaso suplicando la fecundidad y el amor, ante el símbolo que todo lo preside Peña Tú.

Antes de entrar en Llanes por la Jorcada y encontrar la clave de todas nuestras pesquisas y cábalas acerca del hermetismo del camino, les invito a dar una vuelta por San Felipe y Soberrón, lo cual cierra el circulo posible de leyendas y enigmas que una zona puede tener.

Bajamos de la Jorcada y cruzamos la Nª 634 para tomar ante el desvío de la Pereda, el ramal izdo que nos lleva ante San Felipe y la mole de Soberrón. Pero dejaré en esta ocasión que sea una escritor tan pragmático como poco creyente como Gracia Noriega, que será el que nos ponga al día, y que a su vez fue él quien me atrajo hacia lugares como San Felipe, al leer sus libros de viajes por la zona.

Nos dice el escritor: “De San Felipe, en el Pico Soberrón en cuyo interior vive por milenios, como judío errante sedentario, una mora cautiva que guarda tesoros. La ermita de San Felipe es un lugar mágico entre las aldeas de Soberrón y La Galguera, a la sombra de este pico. Todo florece ante el mágico San Felipe, ante la ermita se yergue el “ramu” del día de la fiesta, vara contra el monte, y ha florecido. En su línea, tan próximo que está al alcance de la mano. únicamente separado por un prado de nosotros, esté el fuerte y triangular Pico de Soberrón. La Ermita se San Felipe no corresponde a una religiosidad adusta. Si al frente tiene el prado de la fiesta, a su costado está la bolera” y la casa del ermitaño.

Una vez más al costado de la ermita, esas cruces de piedra grabadas que hemos visto en Pendueles y en Cué, se vuelven a repetir en este lugar. ¿ Que nos están diciendo o indicando?

No concluimos esta etapa, aunque dejamos aquí en suspenso lo que hay detrás de Soberrón y San Felipe , y la cautivadora mora que habitaba tales predios, y seguimos camino de Llanes, no sin antes arrojar unas conclusiones.

Concluyendo hemos hecho hasta aquí un largo camino, donde nos hemos encontrado con :


Una Vereda muy antigua y primigenia tachonada con diversos hitos importantes,

Tenemos la presencia semi oculta del Cister: Tina:

Una extraña Orden de Cambeadores,

Cuevas, ídolos y enterramientos antiquísimos: Pindal, Peña Tú, los túmulos de la Sierra Plana;

Pueblos marginales o extraños como los mansoleas, coritos; santos ermitaños como Santu Medé, c

Cnstructores como San Acisclo, iniciáticos como San Roque, metidos muchos de ellos en juegos, deidades y leyendas que dan a esta Vereda de los Salvadores todo una carga para penetrar en el misterio que encierra la ciudad de Llanes, y proseguir buscando eso que a veces esos constructores, caballeros o juglares nos enseñan a medias, yo creo que para incitarnos a recorrer el camino.


Tal vez crean querido lectores que todo esto es tontería estival, o un subidón de azucar, que de todo hay, pero la cabal explicación a todo estas entregas mal escritas,, hechas a todo correr en medio de la fiebre cam,nera, es que el camino tiene sus jalones, sus claves ocultas, sus llaves para decirle al caminante, no al que toma atajos y se va carretera adelante, sino el que se detiene, el que mira, en fín al buscador, qu está en el buen camino y esa llave primegenia y única en Asturias la tiene la basilica de Santa María de LLanes, allí mismo, sin entrar en el recinto sagrado, abierto a todos los que desean verlo, se destaca una figura entre otras muchas en pórtico de la basílica, una figura que solo ve el que busca y mira un templario que abre su capa y nos enseña su TAU "T" la llamada Cruz Templaria, y nos abre su capa y nos la muestra, y nos dice que el camino está ahí , que sigamos buscando su huella que va camino de San Salvador de Oviedo al que rendirá honores, pero una vez cumplida la demanda proseguirá.


Y ese buscador siempre va un poco más allá, y si ha encontrado la clave, irá a posar su mirada al lugar oculto, cuna de muchas leyendas, y de un principio que dió cobijo a todo lo que recoge San Salvador, no la Santina, . o la catedral de San Salvador, sino que como heterodoxo y sincrético caminate ira camino del Montsacro, que es la clave de todo este camino y la pila atómica para seguir camino de Santiago, jalonado por templarios como el de Llanes que algo de todo esto nos está indicando.


Victor Guerra

NOTA

Está será la última entrega por este año, y volveré para la próxima semana con las incorporaciones clásicas sobre masonería en Asturias.




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