AMESE el primer enbrion de la masonería asturiana
A principios de la primera década del siglo XX, confluyen en Asturias varias cuestiones que van a propiciar de nuevo que las derrocadas columnas masónicas que concluyen sobre 1895, vuelvan a renacer y sobre esas cenizas se construirá toda una historiografía masónica que llegará hasta 1938.
El primer taller que se asienta en nuestros valles en el Triángulo AMESE, cuyo titulo distintivo está formado por el acróstico de los apellidos de sus fundadores, uno de ellos es
FRANCISCO SEGUI MARTY . De este francmasón, que adopta el simbólico de Gurrea hay muy poco datos sobre su lugar de nacimiento e iniciación, a pesar de que su expediente es muy extenso.[1]
En el cuadro lógico del triángulo AMESE, consta como empleado de 46 años, felizmente casado. Su estancia en la masonería data según los archivos policiales que persiguieron su expediente, del 4 abril de 1895, dato que recogen de las publicaciones masónicas, en concreto del el boletín del GOE en su pagina 143, donde se da la noticia de que Seguí en ese tiempo ejercía de 2º Vigilante. en la logia Sparta nº 16º de los Valles de Puerto Rico.
Aunque lo cierto es que su membresía es más antigua pues el 12 de enero de 1892, la Benemérita y Respetable Logia Progreso Port Bóguense nº 51 de Port- Bou le expide a Francisco Seguí Marty una plancha de quite en la cual se expresa que no solo “está a cubierto con el taller”[2] sino que tiene en su poder el grado 18º (Caballero Rosacruz) un poco después le tenemos en la logia Progreso nº 88 de Madrid, que recibe el nombramiento del hermano Gurrea como Garante de Amistad que le es ofrecido por la logia Paz Augusta de los Valles de Badajoz en octubre de 1892, dato que pasó desapercibido para dichos servicios, y lo que viene a demostrar una más antigua membresía masónica.
El secretariado del taller lo va a ocupar otro viejo masón del siglo XIX, que ya estaba presente en el último taller de la saga Amigos de la Naturaleza y de la Humanidad la cual empieza a trabajar en 1879, bajo los auspicios del Gran Oriente Nacional de España que lideraba Miguel Morayta, que le otorga al taller gijonés la carta patente.[4]
Lo cierto es que Seguí, desde Barcelona como Venerable de la logia Lealtad nº 6 está inmerso en plena lucha entre el simbolismo y el filosofismo, como así lo atestigua la amplia correspondencia que mantiene con el Supremo Gran Consejo del Grado 33, en donde tiene que intervenir para requisar cartas patentes o bien restablecer el orden.
En abril de 1931, Seguí Marty pasaba al Oriente Eterno.
[1] AHPA. Expediente personal nº 4 legajo 147.
[2] “Estar a cubierto o a plomo” se dice de aquel francmasón que tiene todas sus cuotas o capitaciones al día .
[3] Este grado del Rito Escocés Antiguo y Aceptado está comprendido entre los llamados administrativos y corresponde a los tres últimos del Rito. El origen estructural del este Rito cuyo nombre más exacto sería el de escocista, se da en Francia donde a principios de siglo XVIII se empiezan a desarrollars los llamados “Grados superiores que fueron llevados posteriormente a América en 1761 por el masón Stephen Morin, que estableció un sistema de 25 grados conocidos como el “Rito de Perfección” . A partir de 1763 otros grados fueron incluidos hasta la actual estructura que conocemos en la actualidad de 33º grados.
[4] Carta Patente Titulo de constitución dado por una obediencia que garantiza la regularidad de una logia. Y se llama así a la carta masónica que tiene por objeto autorizar la fundación y ejercicio de laguna logia, capítulo u otro cuerpo masónico. Esta Carta solo puede ser entregada a los HH:: fundadores por una Obediencia Masónica. EN el momento que la logia bate columnas, osea que deja de estar activa debe entregar su Carta Patente al organismo que se la concedió. De no realizar tal cuestión la logia pasaría a denominarse “salvaje” y por tanto no debe ser reconocida ni visitada por ningún hermano francmasón.
[5] Sobre este francmasón que ocupo altas dignidades en el Gran Oriente Español, se encuentra una reseña en el libro de Guerra, Victor: La Masonería en Asturias. Edt. KRK . Oviedo 2000.
Víctor Guerra
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