Entrevista con el Gran Maestre del GODF, en Asturias

El Gran Mestre Quillardet , ante la placa colocada por la logia Rosario de Acuña en el Sucu







JEAN MICHEL QUILLARDET GRAN MAESTRE DEL GRAN ORIENTE DE FRANCIA

Oviedo, ángel FIDALGO (Diario La Nueva España)

-La masonería. ¿Un anacronismo en el siglo XXI?
-No, es una forma de comprometerse en todas las sociedades.

-¿Qué pueden aportar en el siglo XXI?

-Un mensaje humanista y, por lo tanto, justo. El de siempre. Aspiramos y trabajamos para construir una sociedad más fraternal y mejor.

-¿Se refiere al viejo lema de la Revolución francesa de libertad, igualdad y fraternidad?

-No es un lema que esté desfasado. Todo lo contrario, porque está plenamente vivo y seguirá siendo actual. Representa la defensa de unas ideas que significan un compromiso con un combate que todavía no está ganado y que uno de sus signos de referencia es el laicismo.

-El secretismo en el que se movió la masonería hasta ahora puede sonar a trasnochado, pero la tendencia aperturista que están teniendo ahora también puede parecer oportunista...

-El Oriente de Francia se ha caracterizado siempre por actuar con publicidad de sus asambleas y nunca fuimos una organización secreta. Es cierto que en la actualidad estamos realizando un esfuerzo para hacerla más pública y transparente. Lo que ocurre es que todos los miembros tenemos la libertad de decir públicamente si pertenecemos o no a ella.

-Vamos, que quieren romper los viejos moldes.


-Tenemos que hacer un esfuerzo para romper la vieja idea de que en las logias se hace algo misterioso, secreto y extraño. Lo único que hacemos es un trabajo intelectual, pero siempre con la idea de aportar una construcción intelectual útil para la sociedad.

-Todo grupo social, del signo religioso o político que sea, aspira a influir de alguna manera en la sociedad para que perdure su mensaje. ¿A qué aspiran los masones?

-El único poder que queremos tener, la única influencia a la que aspiramos es a la intelectual, a la espiritual y, si se quiere, a la política, en el buen sentido de la palabra.

-¿Qué quiere decir con eso del buen sentido de la palabra?

-Hacer avanzar los valores de igualdad, libertad y fraternidad que deben existir en la sociedad.

-¿Los masones aplican estos valores en la familia, la empresa o, incluso, la política?

-El papel del masón más allá de la pertenencia a la organización masónica es de comportarse de acuerdo a sus ideas, como una buena persona en el sentido de ser buen ciudadano.

-¿Pero como humanos no tienen tentaciones de participar y de influir en la política, en las empresas o en los medios de comunicación?

-En cualquier asociación siempre hay gente que, como en cualquier comunidad, sobrepasa la línea amarilla que todos tenemos marcada. En todo caso, en el Gran Oriente de Francia, ése no es nuestro objetivo. Hay un Gran Maestre, un consejo de la Orden y cada vez que se da una situación en la que se comete algún tipo de irregularidad se actúa, porque ése, insisto, no es nuestro objetivo.

-¿Qué es un masón puro?

-No me gusta la expresión porque es un término que está sujeto a cierto maniqueísmo. Prefiero el término de masón ideal, que es fundamentalmente aquella persona que defiende sus principios, pero siempre sabiendo escuchar a los demás y aceptando la democracia.

-¿Hay más masones en la política en la derecha o en la izquierda?

-A nivel mundial en la masonería anglosajona y la americana podría hablarse de un centro político, pero en el caso de Francia hay un encuentro entre masones que pertenecen a la derecha republicana con los de izquierda.

-¿Puede concretar más?

-Sí, puede apreciarse que hay cierta tendencia hacia la izquierda.

-¿Conoce algún francmasón en el Gobierno español?

-No conozco suficientemente la situación en España. En otro tiempo sí conocí miembros del Gobierno español que pertenecían a la masonería.

-¿Quiénes?
-Tanto aquí como en Francia le corresponde al interesado decirlo, y no a mí.

Entrevista publicada en el Diario La Nueva España el 20 de Enero 2007

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