Los Pioneros del Traingulo AMESE


Otro de l,os miembros del triunvirato que conforma el Triángulo Masónico AMESE lo forma el cordobés Luis Medina Farias.[1] Que viene al mundo en la morisca tierra de Córdoba un 1 de enero de 1877.

A principios de siglo se establece en Madrid, ciudad en la que desarrolla su labor profesional como fotógrafo, pues así lo recoge un cuadro del censo masónico de la logia Progreso nº 88 de Madrid que envía al Gran Oriente Español, cuya secretaría estaba ubicada en la C/ Pretil delos Consejos nº 5.

En dicho censo, fechado el 13 de febrero de 1905, con el nº de cédula: 1348, está registrado Luis Medina Farias de estado civil, soltero; de profesión, fotógrafo y cuya iniciación como aprendiz masón se produjo tras su entrada en la Cámara de Reflexión[2] del taller el 13 de febrero de 1905, en cuya ceremonia ritual tomó como simbólico: General André.

En la misma capital de España, y entre esta fecha y 1907, que es la que se traslada a Gijón, se casa con Matilde Benedet, haciéndose cargo un año más tarde del taller de fotografía que recién había abierto otro fotógrafo Ricardo del Río en la calle Corrida.

No tardará mucho tiempo en abrir su propio establecimiento fotográfico en la calle Jovellanos ofreciendo no solo “ la casa más artística y económica sino también la más cómoda por estar en la planta baja, no hay escaleras”, cuestión que debía ser en aquellos momentos toda una innovación.

Será en esa misma época en la que se va a implicar de lleno en poner en pie el nuevo proyecto masónico que llevará su sello en el acróstico AMESE. En la primera reunión de hermanos fundadores del 15 de octubre le nombrará secretario.

Profesionalmente al hermano André, le iban bien las cosas, puesto que según recoge la prensa diaria del momento, no solo aborda nuevas mejoras en su taller, sino que además contrata a reputados profesionales para su estudio.

Sin embargo en lo masónico no parece que la cosa fuera tan boyante, puesto que nos encontramos que en el siguiente cuadro lógico del triángulo, fechado el 3 de junio de 1912, cuyos efectivos ya habían aumentado hasta doce miembros, han perdido por el camino a madrileño Medina Farias, que va a ser sustituido por Antonio Moriyón en el cargo de tesorero.

La baja del fotógrafo madrileño asentado en Gijón la recoge como era preceptivo el boletín del Grande Oriente Español en el número del 25 de julio d e1912, donde se transcribe que el hermano André “ha sido dado de baja por plancha de quite”, sin que sepamos las causas.

Quedando pues el núcleo fundador del triángulo reducido a tan solo dos miembros, que ocuparan en esas mismas fechas tal y como se desprende del citado cuadro lógico los siguientes cargos:

CUADRO LÓGICO del TRIANGULO AMESE del 30 Junio de 1912
Nombre y Apellidos Profesión Simbólico Grado Cargo
Nicanor Alonso Maceda
Industrial
Lincoln
1º Vigilante.
Francisco Seguí Marty
Empleado
Gurrea
32
Venerable.
Antonio Camino Díaz
Profesor
Hércules
Secret. Adjunto
José Mª Rodríguez Rdgez.*
Propietario
Argentino
Mtro. Ceremonias
Casimiro Acero Méndez*
Propietario
Proudhon
2º Vigilante
Antonio Moriyón Díaz
Comerciante
Gutemberg
Tesorero
Segundo Goñi Araiz*
Militar
Horacio
Experto
Ángel Pardo Prendes
Industrial
Cicerón
Eleuterio Alonso Álvarez *
Industrial
Salmerón
Secretario
José Morilla Solís *
Empleado
Ferrer
José Díaz Fernández
Forjador
Lombroso
José Tenas Pons
Electricista
Sol



[1] AHPA. Expediente Personal nº 31 Legajo 93.
[2] Cámara de Reflexión. La Masonería, en concordancia con todas las vías iniciáticas, conserva un símbolo que alude directamente a la necesaria separación entre el mundo profano y el sagrado: la Cámara, o Gabinete, de Reflexión. Se trata de un pequeño habitáculo, totalmente pintado de negro, en el que es introducido el aspirante a la iniciación masónica. Allí, en completa soledad y abandonado a sí mismo, deberá despojarse de sus múltiples egos y máscaras (las que conforman la personalidad del hombre viejo), permitiéndole así recuperar la identidad con su auténtico ser (el hombre nuevo). Esto es lo que simboliza precisamente el "despojamiento de los metales" a que se ve sometido el candidato por el Hermano Preparador antes de entrar a la Cámara, tras lo cual podrá acceder al interior de la Logia, en donde deberá superar las "pruebas de los elementos": del aire, del agua y del fuego. De hecho, la estancia en la Cámara (que está fuera de la Logia) representa la primera de esas pruebas, la de la tierra, y más concretamente el interior de ésta, es decir el mundo subterráneo, que es donde simbólicamente se ubica el Gabinete. Estamos, por tanto, ante una prueba que se refiere directamente al "descenso a los infiernos", común a todas las cosmogonías tradicionales, y que de manera tan ejemplar describió Dante en la Divina Comedia. Mediante ese descenso el ser conoce sus estados más densos e inferiores, de los que ha de purificarse para poder ascender posteriormente hacia sus estados sutiles y superiores. A ese descenso-ascenso alude, precisamente, el acróstico alquímico V.I.T.R.I.O.L, que se encuentra inscrito en una de las paredes del Gabinete: Visita el Interior de la Tierra y Rectificando Encontrarás (Invenies) la Piedra Oculta (Ocultum Lapidem). Como a este respecto indica R. Guénon "la 'rectificación' es aquí el 'enderezamiento' que señala, después del 'descenso', el comienzo del movimiento ascensional .Por todo ello, el Gabinete de Reflexión está emparentado con la simbólica de la caverna o gruta, o con la choza ritual, e incluso con la espesura del bosque, lugares en donde el neófito vive la experiencia directa de su muerte iniciática. En este sentido, en el Gabinete de Reflexión se opera el "regreso al útero o matriz" de la Madre Tierra (Mater Genitrix), pues como dice Mircea Eliade: "el candidato a la iniciación se sitúa antes de su nacimiento biológico, en la noche cósmica, a fin de participar de un segundo nacimiento". O como también afirmaba Paracelso: "Quien quiera entrar en el Reino de los Cielos, debe primeramente entrar con su cuerpo en su Madre y, allí, morir". Se trata todo ello de un simbolismo que se refiere efectivamente a la "muerte iniciática", representada en Alquimia por la nigredo o "el negro más negro que el negro", es decir por un estado de completa oscuridad o concentración, necesaria para la purificación completa de la psiqué, lo que en verdad constituye una catarsis en el sentido propio del término, y que confluirá en el "nacimiento iniciático", o "segundo nacimiento". Ese proceso es lo que en la Masonería se denomina el pasaje de "las tinieblas a la luz", semejante al proceso cosmogónico del "caos al orden". La luz de la vela que ilumina débilmente la estancia del Gabinete simboliza precisamente el germen de ese nuevo nacimiento, que está también representado por el gallo figurado en una de las paredes. Ave eminentemente solar, que anuncia el nacimiento del nuevo día en lo más profundo de la noche, el gallo es también un símbolo del dios Hermes, el guía que conduce al iniciado en su camino hacia el Conocimiento. La banderola que aparece encima del gallo con la inscripción "Vigilancia y Perseverancia" aluden directamente a un estado activo de la conciencia y a un estar "despierto" interiormente para recibir la influencia espiritual (intelectual) que al menos virtualmente le será conferida al candidato durante el rito de la iniciación en el interior de la Logia. Remitimos a cada uno de los restantes elementos simbólicos que aparecen en el Gabinete de Reflexión, a saber: el Pan y el Agua, los tres principios herméticos: Azufre, Mercurio, y Sal, el Cráneo y el Reloj de Arena.

Victor Guerra

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